Los numerosos intentos de ocupación de la conocida como UA27 de Sa Penya, la manzana más degradada del barrio desalojada hace dos semanas, han obligado al Ayuntamiento de Eivissa a activar un plan B para intentar que no vuelvan a destrozar una y otra vez el tapiado de las puertas y ventanas.

El próximo lunes se comenzará a construir un muro perimetral de cemento de dos metros y medio de altura y unos 150 metros de longitud que tardará en hacerse dos semanas y que rodeará todo el bloque de viviendas situado entre las calles Alt y Retir.

Posibilidad contemplada

El concejal de Patrimoni, Pep Tur, insistió ayer en que este era «uno de los escenarios previstos» que formaba parte de un abanico de posibilidades que el ayuntamiento ya había contemplado antes de llevar a cabo la operación policial que el pasado 26 de abril permitió desalojar una veintena de viviendas.

«La intensidad de ocupación ha sido más elevada de lo que pensábamos en un principio y por eso hemos pasado a un segundo escenario que pasa por reforzar la protección del edificio», explicó.

El muro, que tendrá un coste de 27.000 euros y un «evidente impacto visual», como reconocieron desde el ayuntamiento en un comunicado, se construirá de manera provisional hasta que se pueda empezar la rehabilitación integral del edificio. Unos trabajos que no podrán iniciarse hasta que no tengan los permisos correspondientes del Consell d?Eivissa y la orden judicial para desalojar a la única familia que reside en su interior.

Estructura contundente

La nueva estructura de protección se levantará con hormigón y será más contundente que los tapiados actuales de puertas y ventanas, reventados en varias ocasiones en los últimos días. «Para derruirlos se necesitará maquinaria pesada», advirtió Pep Tur.

El concejal de Patrimonio quiso destacar también que la construcción del muro no supondrá una disminución de los efectivos policiales que vigilan el barrio, que mantendrán las visitas diarias en diferentes franjas horarias para detectar cualquier tipo de actividad ilegal.

«Seguirá habiendo rondas regulares por las calles de Sa Penya y mantendremos la vigilancia. Con este sistema simplemente bloqueamos la posibilidad de que puedan entrar a las viviendas», concluyó el responsable municipal de Patrimonio.