El tráfico quedó finalmente reabierto ayer pasadas las 22,00 horas. En la imagen, un taxi circulando sobre esa hora por la calzada. | Consell d'Evissa

Un fin de obra in extremis es lo que se vivió ayer en la travesía de Jesús. Por la mañana, continuaban los trabajos de asfaltado de la vía y, a primera hora de la tarde de ayer, vecinos y gente que transita habitualmente por la zona veían cómo el paso a los vehículos continuaba cerrado y sin visos de que se fuera a abrir ayer. A media tarde, y durante lo que restó de jornada, los empleados pintaron la delimitación de las líneas de la calzada, un trabajo que se tendría que haber hecho el sábado, según las previsiones que hizo públicas el Consell d’Eivissa el pasado día 5 de este mes. Desde la máxima institución insular aseguraron que la consellera de Mobilitat, Pepa Marí, visitó ayer las obras y que la empresa concesionaria le aseguró a la consellera que abrirían al tráfico ayer.

Apertura

Finalmente, el tránsito de vehículos se reabrió sobre las 22,15 horas de ayer, según confirmó la máxima institución insular al cierre de esta edición. «La travessera de Jesus ja esta oberta! Gràcies als tècnics i treballadors que ho han fet possible!», expresó la consellera Pepa Marí ayer por la noche en su cuenta de Twitter. De esta manera, el Consell d’Eivissa cumplió, aunque casi en el último momento, el plazo de apertura de las obras.

El pasado día 5, el Consell d’Eivissa anunció que la vía abriría al paso de los vehículos el día 16 de mayo (ayer). Con el tráfico ya en marcha por la zona se procederá a finalizar los márgenes y el resto de obras complementarias, como las aceras y los carriles bicis.

El retraso en esta obra colmó la paciencia de los vecinos, que ya anunciaron que en el caso de que no se abriera ayer el tráfico convocarían una cacerolada para hoy como modo de protesta. De hecho, son muchos los negocios que arrastran pérdidas por el cierre durante casi seis meses de esta travesía. Uno de ellos es el vivero de Jesús, cuyo propietario es Aitor Díaz y que preside a su vez la Asociación de Afectados por la Travesía de Jesús, y que ya anunció que pedirá «compensaciones económicas» por los retrasos que han sufrido estas obras.

El hallazgo de una villa púnico-romana y de varias tumbas bizantinas en la zona por donde estaba prevista la ubicación de los nuevos colectores de pluviales y fecales provocó que las obras se retrasaran y se tuviera que modificar el proyecto con un encarecimiento del 10% sobre el coste final de las obras, por lo que finalmente costarán alrededor de 1,5 millones de euros.