El comisario jefe de Eivissa, José Luis Garau, gestiona el día a día desde su despacho pero también pisa constantemente la calle. | Toni Escobar

José Luis Garau (Barcelona, 1960) asumió el pasado 10 de enero la jefatura de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Eivissa. Con más de 30 años de servicio, Vila es su primera plaza como comisario, donde llegó tras una «gran experiencia» en la Unidad de Intervención Policial (UIP) de Valencia. Al poco de aterrizar afrontó la operación desalojo de sa Penya, capturaron al autor de los robos en es Pratet y también se han detenido a los miembros de una banda de ladrones de Rolex. Agradece el terreno abonado por su antecesor, José Luis Santafé, y se marca como objetivo «mantener e intentar mejorar los niveles de seguridad obtenidos los últimos tres años». Un reto y unos éxitos que comparte con los cerca de 250 agentes que tiene al mando: «unos profesionales que se esfuerzan al máximo y se dejan todo por la seguridad de Eivissa».

—Cinco meses en la isla. ¿Qué balance hace de estos primeros meses?
—En líneas generales todo es positivo. Tenemos nuestros problemas como todo organismo público pero en cuanto a resultados, muy satisfecho. Los policías que forman parte de esta comisaría es gente que trabaja mucho. Tienen mucha iniciativa y hay buenos resultados. Hay que gestionar los pocos recursos humanos que tenemos en verano para dar con el toque adecuado para que la delincuencia siga bajando y la gente sea atendida en Eivissa como se merece.

—Entiendo que las estadísticas de delincuencia son óptimas...
—Me encontré una comisaría que Santafé (su antecesor al frente del Cuerpo en Eivissa) dejó con un listón muy alto. Una comisaría engrasada, que funcionaba perfectamente y lo que se trata es de mantener la inercia que él empezó hace tres años. En esa dinámica estamos.

—La inercia se mantiene...
—La estadísticas que heredé eran muy buenas y en los primeros cinco meses los datos son mejores que el año pasado y esperamos que no se tuerzan. El sobresfuerzo que realizan los agentes de esta comisaría está ahí. Los objetivos se están cumpliendo e incluso se están mejorando pero no podemos bajar la guardia.

—¿Siempre habrá algo que le preocupe?
—El número de infracciones totales ha bajado en torno a cuatro o cinco puntos respecto al mismo periodo del año pasadom que ya era satisfactorio. Los resultados son óptimos pero hay algunos delitos que nos preocupan, aunque bajan. Sigue habiendo muchos hurtos, aunque también es cierto que hay un alto porcentaje que se deben a descuidos. También nos preocupa el repunte de robos de ciclomotores que, no obstante, es asumible por el gran parque de alquiler que existe.

—Uno de las primeros retos que se encontró al poco de aterrizar fue el desalojo de sa Penya. ¿Qué valoración hace?
—El desalojo fue modélico y así creo que lo ha entendido todo el mundo. El Ayuntamiento hizo una buena planificación, fruto de la experiencia de todos. Me gusta planificar las cosas y entiendo que se hizo una buena previsión. El Ayuntamiento se volcó con todos los medios de apoyo y atención social a los desalojados. Se hizo un gran trabajo, muy coordinado fruto del trabajo previo. El servicio en sí con agentes especializados no tuvo mayor complejidad. Creo que ha sido un servicio ejemplar que ha sido reconocido y agradecido. Lo hecho hasta ahora es la parte inicial de un proceso a largo plazo, el resultado se verá con el paso del tiempo. Los desalojos hay que encararlos con mucha seriedad porque también hay unas personas afectadas.

—Encaramos el verano y quizás, lo más duro venga a partir de ahora.
—Así es. Ahora empieza la realidad de Eivissa: el verano. El principal problema es la estacionalidad que provoca el turismo en la isla. Tenemos una plantilla que para los meses de invierno y otoño está muy bien dimensionada pero se queda corta con el repunte de turistas que se produce estos meses. Este año se espera un 17 por ciento más de personas que el año pasado, que fue récord. Cuando vienen estos incrementos de población, nos gustaría que la plantilla fuera mayor. En julio, agosto y septiembre se mueve un mínimo de un millón de personas cada mes y la inmensa mayoría pasa por Vila. Podemos llegar a superar los 300.000 habitantes, con muchos movimientos en playas, establecimientos, locales de ocio. Es evidente que eso requiere más personal. Con más agentes podríamos hacer las cosas con más celeridad y mejorar en aspectos preventivos. Cuanto más azúcar, más dulce. Dicho esto, estoy contento porque todos los integrantes de la plantilla son conocedores de la problemática de la estacionalidad y muchos renuncian a vacaciones en verano y redoblan sus esfuerzos estos meses. Es de agradecer la actitud de la plantilla porque muchos mueven sus vacaciones a otras épocas del año. Los vecinos de Eivissa deben estar muy satisfechos porque el compromiso de los agentes es máximo.

—¿Están previstos algún tipo de refuerzos?
—De momento la operación verano está sin resolver. Está previsto que vengan agentes italianos que nos ayudan en los robos de los relojes de alta gama que, por otra parte, se producen con menos frecuencia. Si vienen refuerzos serán bien recibidos.

—El trabajo de investigación previo es clave para controlar a esas bandas especializadas...
—Así es. Este es un destino muy apetecible y hay un trabajo que no se ve pero que es fundamental. Esperamos que los butroneros no vengan. De momento, hemos detectado movimientos de algunas personas que sabemos que cometieron hechos delictivos aquí y se les está controlando. La prevención hace mucho. No ha habido ningún robo fuera de lo normal con procedimientos especiales. La labor preventiva de los servicios de información está controlando todo. Y luego están detenciones como las que han permitido recuperar siete relojes de alta gama.

—Y la persecución de otros tipos de criminalidad como es el caso de la prostitución...
—Ahí trabaja intensamente el grupo de redes y trata de blancas de la Brigada de Extranjería. El Ayuntamiento también está muy sensibilizado en la lucha contra este problema porque se ejercía en lugares públicos donde había niños y hemos conseguido cortar de raíz ese problema con varias actuaciones policiales. En el día a día, en la prevención, tanto Policía Local como nosotros estamos frecuentando zonas como ses Figueretes, realizando identificaciones y mucha labor preventiva. Se ha conseguido liberar a varias chicas que estaban siendo explotadas.

—Otro problema grave es el de los fraudes en internet, especialmente en el alquiler de viviendas.
—La Policía Judicial y la UDEF suelen encargarse de estos delitos que, por otra parte, son muy complicados de investigar y se necesita el apoyo de la Jefatura Superior porque el seguimiento no se circunscribe a establecimientos o personas que están en la isla, sino que son datos de tarjetas de personas que viven aquí pero que son utilizadas fuera de la isla, en la península o fuera, desde puntos de Estados Unidos, China y otros países asiáticos. El seguimiento a través de internet es costoso y laborioso pero también se están resolviendo muchos casos con fraudes en el alquiler de viviendas. Investigamos muchas denuncias por fraude de alquileres de gente que alquila un apartamento vacacional y cuando llegan no existe o no reúnen las condiciones contratadas. Nos preocupamos por todos los tipos de delitos, pero especialmente por los directos: aquellos que afectan a las personas como son los hurtos o robos a las personas, en viviendas o establecimientos.

—Y pese a tener tantos frentes abiertos, los datos reflejan un descenso de la delincuencia...
—Sí, pero no podemos bajar a guardia porque esto se puede torcer. Por ejemplo, el caso de los robos en es Pratet generó una gran alarma durante dos o tres días pero en cuestión de una semana se detuvo a los autores. Se resolvieron rápidamente y los autores ingresaron en prisión. Ese hecho, el ingreso en la cárcel, también nos ayuda bastante. Las cifras podrían ser todavía mejores pero tenemos el problema de las motocicletas y los hurtos o robos a las personas al descuido. En la playa hay mucha gente que se deja el bolso y confía en que no pasará nada. No podemos estar en todos los sitios.

—La relaciones con las otras fuerzas de seguridad también suman...
—Hay muy buena coordinación con la Policía Local. Con motivo del desalojo de sa Penya iniciamos unas reuniones semanales que hemos mantenido en el tiempo. Con la Guardia Civil también hay una coordinación tanto operativamente como a la hora de tramitar denuncias.

—Eivissa es un destino comprometido para estrenarse como comisario...
—Como solemos decir nosotros hasta que sale la siguiente promoción, yo estoy con la L de prácticas. El conocer y ser amigo de Santafé me ayudó pero venía tranquilo porque por mi destino anterior estoy acostumbrado al mando directo de mucha gente. He recorrido muchos puntos de España y conozco la problemática de muchos sitios, por eso vine sabiendo dónde venía. Me informé previamente y sabía cuáles eran sus ventajas e inconvenientes. No vine con los ojos cerrados. Por otra parte, el apoyo de los mandos del equipo colaborador directo ha sido muy bueno y el trabajo de los profesionales de la comisaría hay que valorarlo muy positivamente. Estoy satisfecho.