Maribel Álvarez, en la imagen, no oculta su preocupación por la escolarización de su hija de tres años debido a sus circunstancias personales. | DANIEL ESPINOSA

Maribel Álvarez rellenó las cuatro solicitudes de colegios para escolarizar a su hija Arianne el curso escolar 2016-17, pero sus 5,5 puntos de proximidad al colegio de Sa Bodega, ya que viven junto al centro, no les ha servido, ni tampoco para sus tres opciones restantes: los colegios de Can Misses, Sa Real ni Nuestra Señora de la Consolación. «Tengo varios colegios cerca de mi casa y tengo que coger el coche para llevar a mi hija a la escuela», se lamenta Maribel.

Además de la proximidad, hay una serie de circunstancias personales por los que esta madre ha elegido este colegio, en primera opción. «No tengo familia en Eivissa, pero tres familias de mi edificio llevan sus hijos a Sa Bodega por lo que en caso de un apuro pueden recogerla», dice esta madre separada. También necesita comedor escolar porque su horario laboral (es funcionaria municipal) es incompatible con el de su hija. «Tengo un sueldo normal que me da para vivir pero no para pagar una persona y que me vaya a buscar la niña para comer».

Iniciativa

Maribel, que forma parte de la plataforma Padres preocupados por la educación de nuestros hijos que ha surgido en Eivissa a raíz de no contar con una plaza en el colegio elegido, pide una revisión del proceso de escolarización y que, si es necesario, se vuelva a repetir. Según los datos recogidos por ella, los colegios del centro están masificados y calcula que unas 133 familias se han quedado sin plaza de preferencia. «He ido a los colegios y he consultado las listas. Pedí los listados de admitidos para ver cómo estaba el proceso y nadie me los ha facilitado, fui colegio por colegio». Asegura que ha habido una falta de planificación, «con los datos del INE, en enero de 2014 había 497 empadronados en Eivissa nacidos en 2013 y en enero de 2015, 514 niños, y cómo puede ser que se oferten 360 plazas cuando bajan la ratio a 20 niños, qué se hace con el resto». De hecho, dice que hay 422 solicitudes y 360 plazas, «hay 62 niños que se quedan sin escolarizar», según sus datos.

Las ratios

Maribel comparte la decisión de bajar las ratios, «una clase con 25 niños es una bestialidad, pero tienen tres años para planificar colegios o los que se han hecho nuevos, Sa Bodega y Sa Joveria, por qué no se ha hecho con tres líneas; el municipio de Eivissa cuenta con 49.975 personas, estamos a un paso de municipios de gran población y cómo puede ser que no se prevea esto».

A diferencia de los colegios del centro con más demanda, otros como Cas Serres y Blanca Dona no tienen tanta, «porque están lejos; tienes que llevarlos en coche hasta que tengan doce años; lo lógico es que todos tengamos derecho a un colegio de proximidad; si bajas las ratios hay que crear infraestructuras o reorganices el sistema».

Cuestiona también la baremación por criterios económicos, ya que asegura que «en otras comunidades las rentas más bajas tienen un aval de servicios sociales», pero en Balears sólo se tiene en cuenta la declaración de Hacienda. «Si el 75% de las familias han podido elegir colegio, el 25% restante no tiene hermanos escolarizados en el colegio o estamos cotizando. En Eivissa hay mucha economía sumergida y no entiendo cómo se atienden a criterios económicos. La elección del colegio la haces por criterios de proximidad, que el proyecto educativo sea adecuado y por comedor o transporte», dice. Maribel reclama un acceso a la escolarización es gratuito y en igualdad de condiciones que no se base en criterios económicos: «Las necesidades económicas se compensan con ayudas económicas y no con un acceso a la escolarización. Defiendo el sistema público pero es vergonzoso. Al final cotizas y no paras de pagar, pero nadie me ayuda porque soy trabajadora y a mí nadie e me ha regalado nada. Las ayudas para la conciliación no existen porque los que más las necesitamos somos los excluidos», se lamenta.