A todos los bebés les llamaba mucho la atención que Anikó les tocara la flauta travesera. | Marta Baena

Los bebés son como esponjas y absorben a gran velocidad todos los conocimientos. Por eso, cualquier tipo de estimulación que reciban a una temprana edad tendrá unos rápidos resultados. Anikó Pusztai fue consciente de ello cuando tuvo a su hijo Leonardo, que nació hace dos años y medio. Tanto ella como su marido se dedican a la música, Anikó es profesora de flauta en Can Blau, por eso el niño desde que nació ha convivido con ritmos musicales hasta tal punto de que ya es capaz de seguir y marcar compases con el pie.

«Es cuestión de ser constante en casa; yo cada día le ponía música, le cantaba… y vi una rápida evolución en él», de ahí surgió la idea de crear el Baby Music, dirigido a madres y padres con bebés de 6 meses a 3 años, para que aprendan unas directrices básicas y cuenten con un repertorio para enseñar a sus hijos. El último curso impartido ha sido esta misma semana, en Can Blau, «una hora diaria, durante cuatro días, en los que he tenido tres grupos, uno por la mañana y dos por la tarde». En total 30 niños han pasado por esta clase de iniciación a la música, en la que han jugado con pelotas de pilates, se han relajado mecidos en mantas, han cantado varias canciones y tocado instrumentos.

«La idea es que cada ejercicio va con una música diferente e intento que haya mucha estimulación visual con colores, globos… todo es un juego, la música tiene que ser entendida a través del juego». Pero a pesar de lo pequeños que son, se quedan encandilados cuando escuchan un sonido, «el instrumento en directo les llama mucho la atención, aunque cuando hay más ejercicio físico pongo grabación», explica Anikó mientras cantan todos una canción que los niños, tras cuatro clases, ya reconocen. «Es la primera vez que venimos a un curso así y se ha familiarizado un montón con las canciones en estos días y sobre todo con el grupito; para ellos está genial estar con otros nenes y la mezcla de niños y música ha sido fascinante», nos comenta Ana María, una de las mamás, quien añade que «para Narayan descubrir la flauta ha sido maravilloso, de hecho, él ha venido dormido y según ha sonado la flauta se ha despertado».

Son varias las madres y padres que en casa le suelen poner música a los niños, algo fundamental, según apunta Anikó. «Hay que estar encima todo el día y con estas clases dirijo a los padres, les enseño canciones, bailes y ejercicios para que se los repitan en casa. El objetivo es que los niños aprendan a cantar y familiarizarse con la música», algo que favorece después a su concentración, coordinación y que además aumenta su sensibilidad e inteligencia.

Neus es otra de las mamás de la clase, quien ha acudido con su bebé de 16 meses, Gemma: «Nosotras ya habíamos hecho un curso con Anikó en Can Ventosa y se nota la evolución en ella. Ahora tenemos tambor en casa y ella repite lo que hacemos en clase y nos pide canciones como las que aprendemos aquí». Neus subraya, además, la importancia de «experimentar con los instrumentos, algo que en otros cursos no hacíamos». Instrumentos de percusión, que son los más sencillos, y de pequeño tamaño escogidos a propósito para que puedan cogerlos.

Además también cantan en tres idiomas: castellano, catalán e inglés, cambiando ritmos y tocando estilos de todo el mundo: africanos, árabes… acompañados de coreografías. Para el mes de septiembre Anikó continuará impartiendo cursillos intensivos en escoletas y también iniciará un curso anual en Can Blau, de una hora semanal