Si la empresa no cambia su actitud de no dialogar, los trabajadores de handling de la empresa Iberia irán a la huelga con carácter indefinido. Serán dos horas por la mañana y dos por la tarde los días 30 y 31 de julio y 4 y 8 de agosto y, desde entonces, los lunes y jueves.
En concreto, se quejan del incumplimiento del XX convenio que se firmó en 2014. Desde entonces, según explicaron ayer los trabajadores en rueda de prensa, Iberia no ha querido sentarse a pesar de las sentencias favorables tanto por parte de los tribunales como por la inspección de trabajo. Los trabajadores aseguran que en las condiciones actuales «no podemos atender correctamente a las tareas que tenemos encomendadas».
Así lo expusieron ayer los representantes sindicales del comité de empresa al completo entre los que se encontraban su presidenta Antonia Torres, de CCOO; José Escandell, de UGT; Alejandro Linares de CCOO y Alberto Valle y Enrique Lorenzo, portavoz y representante del sindicato USO. «Hemos hablado con la empresa. Han tomado nota y esperan la respuesta de Madrid», afirmaron.
Los sindicalistas esperan que la empresa rectifique y se respeten los pluses y días de vacaciones de los fijos discontinuos, que son el 80% de una plantilla de 250 asalariados, junto a un 10% de fijos y otro 10% de trabajadores eventuales. «Después de más de 30 años todavía somos fijos discontinuos sin garantías», aseguraron.
Además, explicaron, no se cumple la publicación de turnos y los días adicionales se dan sueltos con el consiguiente agotamiento de la plantilla que trabaja sin vacaciones. Asimismo, la contratación se hace por 20 o 25 horas semanales y se cambia de turno cada uno o dos días «con lo que nadie quiere trabajar en estas condiciones», aseveraron.
Por su parte, la consellera de Mobilitat de Eivissa, Pepa Marí, aseguró ayer que la institución se pone «a disposición de lo que podamos hacer» para evitar los paros.
«Entendemos la labor de los sindicatos y es loable y esperamos que los trabajadores vean cumplidos sus derechos laborales, aunque nos gustaría que esto no afectara a nuestra economía y, por tanto, a nuestra imagen», explicó Marí.
La consellera recordó, además, que «desde la conselleria balear de Treball pueden controlar que se cumplan los derechos de estos trabajadores», concluyó.