Cae la noche y los turistas y residentes en la mayor de las Pitiüses pasean por el puerto con una intención: plasmar con sus cámaras de fotos el lujo deslumbrante de los megayates atracados en aguas de Eivissa.

«Si tuviera la posibilidad de comprar uno de estos yates, no dudaría en hacerlo». Así de decidido se muestra el italiano Daniel Desantis, quien contemplabe con incredudilidad la «pintoresca» imagen de los megayates atracados en el puerto de Vila, donde este italiano decidió pasear junto a su pareja a la vez que plasmaban la lujosa escena con su cámara de fotos. Un paisaje que brilla cada noche por las luces que alumbran las exóticas y fascinantes arquitecturas flotantes que, de acuerdo a su coste millonario, están al alcance de los más privilegiados.

Solo pisar el puerto de Vila ya se visualiza junto al Martell un megayate, el Mogambo, que destaca por su blancura y brillantez, y también por su precio de alquiler. Un coste cercano a los 600.000 euros por semana. Por no hablar del megayate Triple 77 Seven, que es el que más bocas abiertas dejó a los visitantes. ¿El motivo? La presencia de su helicóptero.

«Lo que más me ha gustado ha sido el helicóptero», comenta fascinado Antonio Ortuño sin separar la mirada de la embarcación. Para él y sus amigos se trata de un panorama al alcance de pocos. No dudan en mostrar su envidia ante tal paisaje de lujo sobre el mar de la isla y tampoco pierden la oportunidad de averiguar quiénes son los propietarios de estos yates. «¿De quién es este yate?», se pregunta el grupo de colegas mientras caminan hipnotizados por la belleza de los colosos flotantes.

La misma curiosidad de saber quiénes son los dueños de los megayates la tienen una pareja de sevillanos, Alfonso Cardona y Pilar Romero. A pesar de quedarse con la intriga, la pareja no duda en comentar que la llegada de megayates al puerto es «bueno» para la imagen de Eivissa.