Al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, le supo a gloria la botella de agua con hielo y limón que le sirvieron en Can Pou después de recorrer algunas de las calles del barrio de la Marina junto a la decena de compañeros socialistas de Eivissa que acudieron a la convocatoria de última hora de su líder. Y es que el anuncio de la fecha de la sesión de investidura de Mariano Rajoy le ha pillado en la isla de vacaciones, concretamente en un hotel rural de Sant Miquel, donde se aloja junto a su mujer y sus dos hijas.

Sánchez se sentó en la terraza de este emblemático bar del puerto de Vila entre las dos mujeres fuertes del Govern balear, la presidenta, Francina Armengol, y la consellera de Presidència, Pilar Costa, quien tuvo que dejarle su abanico para quitarse de encima el sofoco que llevaba tras el paseo bajo el sol ibicenco. Eso sí, minutos antes había aguantado el tipo ante un enjambre de cámaras, micrófonos y periodistas que sólo se ve de tanto en cuanto en la isla. Y lo más complicado de todo: lo hizo sin sudar una gota a pesar del calor propio de esta época del año. Eso sí, fue empezar a andar por el empedrado del puerto de Vila y la parte posterior de la camisa azul cielo del secretario general del PSOE se empapó de sudor. Sánchez también se mostró simpático con los plumillas, que en esta ocasión y a diferencia de la última vez que estuvo en la isla, sí pudieron formularle las preguntas que quisieron. Será porque las terceras elecciones todavía están lejos. O, quizás, porque esta vez en las portadas de los periódicos locales no se publicó ningún tema espinoso para los socialistas. ¿Se acuerdan del affaire del diputado Enric Casanova y su té con hielo?

Pese a tener que hacer un paréntesis en sus vacaciones, a Sánchez no le costó nada mostrar su mejor sonrisa (además de lucir su moreno playero) cada vez que alguien le paraba para saludarle o pedirle una fotografía. Como el caso de Patricia, una turista madrileña que se plantó ante el líder socialista para preguntarle que qué le parecía que quisiera ser piloto de cazas.

El secretario general de los socialistas estuvo acompañado por el presidente de la Federació Socialista d’Eivissa, Vicent Torres, quien hizo una pausa en su descanso veraniego y afirmó que Sánchez es consciente «desde hace tiempo de las carencias que tenemos aquí», como son la financiación y las infraestructuras. A quien se echó en falta fue al alcalde de Vila, Rafa Ruiz, que está de vacaciones y excusó en Twitter su ausencia. Quizás ya sabía que la comitiva socialista se pararía junto a la iglesia de Sant Elm y no quería salir en la foto.

Los tenientes de alcalde Alfonso Molina y Elena López acudieron en representación del Ayuntamiento de Eivissa.