Muchos instrumentos suenan en Eivissa, pero uno especialmente lo hace con mucha más fuerza desde que Javier Vázquez se trasladó a la isla en el año 2009. Un gallego, nacido en A Coruña, que cambió de casa sin olvidar sus costumbres y tradiciones.

«Cuando llegué aquí me di cuenta de que la gaita era un instrumento bastante desconocido, por eso, poco a poco he tratado de darlo a conocer, tocando en formaciones junto a otros instrumentos más populares como el violín y el piano, y posicionando a la gaita como un instrumento más».

Su historia con este instrumento gallego comenzó cuando apenas tenía nueve años. «Empecé porque tenía un vecino que vivía cerca de mi casa y siempre estaba tocando la gaita. A mí me gustó y me llamó la atención cómo sonaba». Sus primeros pasos fueron tocando la flauta y después practicó con la gaita de su vecino, hasta que pudo comprarse cada una de las piezas y tener la suya propia. Estuvo unos años tocando, dando clase y estudiando en serio, hasta que se distanció cuando empezó a trabajar en el mar.

Tras un parón de nueve años sin apenas tocar regresó con mucha más fuerza a los 26. «Durante el tiempo que dejas de tocar no eres consciente de la soltura que estás perdiendo, pero al volver me di cuenta de que no tocaba igual aunque seguía teniendo buenos dedos y, por eso, regresé con más fuerza». Reconoce que cuando se toca un instrumento a un alto nivel, y se tienen objetivos, cada día cuenta, «cuando tocas en serio notas mucho si no ensayas dos días, al tercero ya tienes que volver a practicar».

Así, Javier retomó la gaita de manera autodidacta pero también haciendo cursillos e introduciéndose más en este mundo. «Con este instrumento es muy complicado partir de cero tú sólo, porque aunque aprendas las digitaciones de la flauta y la melodía, lo más importante es la afinación de la gaita, que tiene que ser perfecta. Para eso sirven los bordones que lleva, hay que afinar cada uno de ellos a base de oído y aproximarlos, pero eso alguien que no esté acostumbrado no lo sabe hacer».

Comenta que con clases y dedicación puede llegar a sacarse alguna melodía tras un primer año de aprendizaje, algo que él mismo sabe y conoce de cerca pues, desde que se trasladó a Eivissa, se convirtió en profesor de gaita.

«Cuando llegué había en Sant Antoni una chica que daba clases de gaita, porque había un centro gallego, era la única que escuché que tocara en el 2009. Mi ilusión era conocer a gente que tocara porque si no me moría de pena, pero cuando vi que no había nadie, ni recursos, me puse a dar clases y a formar el grupo para poder tocar». De esto hace ya cinco años, cuando formó el grupo Ardello Eixo, con el que realiza bolos y tocan en fiestas como el famoso Magosto gallego. Fue la morriña la que le llevó a formar a nuevos gaiteros y, gracias a eso, ahora hay ya por lo menos nueve gaitas a parte de la suya, sonando en la isla.

Sin embargo, reconoce que es complicado dedicarse profesionalmente especialmente en Eivissa.

«Aquí sólo sería muy complicado, si tienes la disponibilidad de estar viajando y dedicándote sólo a ello podría ser viable, pero prefiero tener la estabilidad de ahora y mucho tiempo para practicar y preparar concursos».

Entre sus mayores proezas está el haber acabado segundo en el concurso internacional de gaiteiros en Francia Mac Crimmon. «Tuve que ensayar mucho y aprenderme partituras de música gallega, asturiana y bretona. Al final quedé segundo y fue un orgullo para mí», reconoce que tampoco ha tenido mayor repercusión en su vida aunque salió en los medios de comunicación gallegos y se dio a conocer algo más en Galicia, tierra a la que espera poder regresar algún día. «Sí que me veo volviendo, porque echo de menos muchas cosas de allí aunque no me planteo dedicarme exclusivamente a la música porque creo que cuando se convierte en un trabajo igual perdería esa afición por él», concluye.

PERFIL

NOMBRE:

Javier Vázquez

EDAD:

33 años

NACIDO EN:

Galicia - España

PROFESIÓN:

Técnico gestor en GESA

PERFIL:

Alcanzó el segundo puesto en el concurso internacional de gaiteiros Mac Crimmon