He de confesar que el primer motivo por el que elegí ver Tallulah fue por su protagonista. Miré el reparto que componía esta película, de la que apenas tenía referencias, y el sólo hecho de que actuara en ella Ellen Page ya me convenció del todo. Simplemente creo que es una actriz que se distingue por los proyectos que elige, que forma parte de una nueva generación de actores que serán recordados en el futuro, sin necesidad de actuar en macro producciones, pues no le hacen falta para dejar su huella en Hollywood.

Cada trabajo en el que la he visto involucrada deja su alma, como ya lo hizo en Juno, y como ahora lo ha vuelto a hacer en Tallulah. Una película tan cruda como real, aunque empañada de un surrealismo extravagante. El argumento se construye sobre una base sólida, a pesar de que al principio da unos coletazos de incoherencia tratando de unir historias. Pero luego camina con paso firme mostrando una continua balanza de caracteres entre Lu (Ellen Page) y Margo (Allison Janney), donde continuamente se enfrentan la locura con la sensatez.

Dos personalidades, que se atraen tanto como se repelen, se embarcan en una montaña rusa de sensaciones y sentimientos en la que cada una trata de buscar su propio camino y darle sentido a su existencia. Un film con infinidad de mensajes que habría que ver más de una vez, pues estoy segura que con un solo visionado se escapan detalles, donde su moraleja se prevé casi desde el comienzo, aunque eso no evita el amargo sabor que te deja.

FICHA

Título: Tallulah

Género: Drama

País: Estados Unidos

Director: Sian Heder