Los vecinos de Sant Jordi padecen desde hace años problemas relacionados con la calidad del agua, por lo que deben proveerse de agua embotellada.

Los núcleos urbanos de Sant Jordi, sa Carroca y Platja d’en Bossa podrían comenzar a recibir agua procedente de las desaladoras de la isla a finales de esta semana, en función de los resultados de los análisis de la calidad del agua que ayer mismo debían efectuar técnicos del Ministerio de Sanidad.

Según explicó ayer el director general de Abaqua, unas analíticas encargadas a un laboratorio independiente han resultado positivas, por lo que Antoni Garcias confía en tener luz verde este viernes por parte de Sanidad para conectar la nueva infraestructura hidráulica.

«Nosotros tenemos todo preparado para dar agua, y me gustaría porque hace 15 días que estamos listos», precisó ayer el máximo responsable de Abaqua durante su visita a Eivissa.

«Muchos problemas»

«El problema es que por correr, los primeros análisis dieron negativo porque el agua tenía mucho cloro y no se dejó reposar». «Se trata de una tubería de 17 kilómetros que hace tiempo que no funcionaba. Hemos tenido muchos problemas y hemos tenido que hacer varios análisis», subrayó.

Si los análisis de Sanidad arrojan un resultado positivo, «el mismo viernes o el sábado se conectará con la depuradora de ses Eres si la tubería está llena», precisó Garcias, quien puntualizó que si el examen de la calidad del agua resulta de nuevo negativo «ya no me responsabilizo porque se ha hecho de todo».

El Ayuntamiento Sant Josep exigió el 24 de agosto la puesta en marcha «inmediata» de la interconexión de la zona de Sant Jordi con el anillo de las desaladoras, que no está en funcionamiento a pesar de que las obras finalizaron el pasado 26 de julio.

El consistorio expresó su «profundo malestar» y exigió en un comunicado «celeridad» a los responsables, para que el municipio pueda contar con agua desalinizada.

Desde Sant Josep recordaron que esta interconexión permitirá suministrar agua desalada a la zona de San Jordi y alertaron de que, a pesar de las mejoras realizadas en la desaladora de ses Eres, ésta podía volver a fallar por tratarse de una «maquinaria que hace muchos años que ya ha finalizado su vida útil».

«Por eso es tan necesaria la esperada conexión con el anillo de las desaladoras de la isla, y es inadmisible que no sea una prioridad de primer orden para todas las entidades implicadas», criticó Sant Josep.

Doce días después de la protesta formal de Sant Josep, el proceso para servir agua de calidad a esta zona se encuentra en su recta final, y toda la atención se centra en el veredicto de Sanidad.