Una colección de cartas manuscritas y personales, fechada entre los años 1940 y 1950, de la ilustre escritora y poeta mallorquina Maria Antònia Salvà i Ripoll acaba de llegar al Arxiu Històric d’Eivissa. Es quizás la pieza más destacada, tanto por el autor de la donación como por los gestores institucionales, de la colección que el gestor cultural Florencio Arnán entregó ayer. Junto a las cartas, las tres primeras ediciones de la obra poética de la misma autora, considera como la primera poeta en catalán. «Para mí el valor lo tiene la correspondencia de Maria Antonia Salvà una escritora que vivió muchos años y murió anciana. Son cartas que yo guardaba por diferentes motivos, algunas incluso forman parte de nuestra correspondencia personal y realizo la aportación porque creo que en el Arxiu d’Eivissa no había manuscritos de este tipo, ni de las primeras ediciones de sus traducciones», explicaba Florencio Arnán, ayer.

Además de las cartas, destaca en la colección donada una obra del artista chileno Luis Humberto Pérez, ganador de la Bienal de Eivissa de 1968 que fue una de las primeras bienales internacionales que se organizaron en Eivissa y por ello el germen precursor de la creación del Museo d’Art Contemporani d’Eivissa (MACE). Pero el del chileno no es el único cuadro que Arnán regala al archivo, además, una obra de María Dolores Casanova y el cuadro de un egipcio, «representativo de la cantidad de artistas del mundo que participaron en las bienales. En 1970 fueron 27 países los que mostraron en Eivissa, medio mundo para la época», comentó Arnán quien añadió que estos cuadros formaban parte de su pinacoteca personal, sin embargo pensó que «este era el mejor sitio para que estuvieran».

Se suma a la colección donada un conjunto de guías de viajes antiguas de Mallorca, con curiosidades como la que podemos encontrar en una de ellas que bajo el inicial titular que anuncia Cataluña Artística, se hable de Palma de Mallorca. Guías que valoró especialmente la directora del Arxiu Històric d’Eivissa, Fanny Tur, ya que explicó que tienen «una colección de guías antiguas de las Illes Balears en general que es muy interesante a las que se sumarán las de la donación» donde hay piezas muy destacables que datan de 1916, 1929, 1930 y 1956.

Otra de las curiosidades de la donación la conforman algunos discos de Isidor Marí de los años 60, «con un reseñable valor porque son anteriores a UC y también por su formato vinilo», quiso señalar Tur. También se suman a los discos tres vinilos de folklore de Eivissa y dos de los poetas Carles Riba y Josep M. Segarra con la propia voz de los autores.

La de ayer constituyó la tercera donación que Florencio Arnán realiza al Arxiu Històric d’Eivissa. «Suele ser en septiembre cuando nos llega un regalo», bromeó en este sentido Fanny Tur.

Para el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Eivissa, Pep Tur, Arnán «sigue aportando arte, documentos y música al Arxiu Històric d’Eivissa porque sabemos lo mucho que quiere a la isla y por eso, una vez más, contamos con una donación muy generosa por su parte». Tur también valoró la donación de discos como una curiosidad que ayuda a «construir ese retrato que supone la historia de Eivissa.

APUNTE

«Me han dicho que el MACE ahora se dedica a hacer de boutique, que vende pieles y monederos»

La colección de cartas, cuadros, guías y discos que ha donado el gestor cultural Florencio Arnán se quedará en el Arxiu Històrix d’Eivissa «porque el Museo de Arte Contemporáneo de Eivissa, MACE, está en una situación parecida a la de un equilibrista: encima de una cuerda», al menos así lo consideró Arnán.

En el mismo sentido y durante la presentación de la citada colección, el gestor comentó que le habían informado de que el MACE «ahora se dedica a hacer de boutique, que vende cosas de pieles y monederos... Bueno en fin... Está en una situación un poco imprevista», finalizó.

Ya cuestionado por los periodistas, Florencio Arnán opinó abiertamente que no estaba nada contento con la línea de este museo, que no le parecía adecuada. Por el mismo motivo valoró que prefería que su colección se quedara en el Arxiu Històric d’Eivissa, «hasta que las aguas vuelvan a su cauce».