Varios centenares de personas despidieron ayer en Sant Carles a Juan Marí Juan, fallecido este viernes a los 89 años de edad. Una multitud arropó a la familia del fundador del icónico mercadillo ‘hippie’ de Las Dalias en el funeral y posterior entierro celebrados en Sant Carles, la población en la que nació y donde levantó, a mediados de los años 50, el que es hoy uno de los negocios más prósperos y reconocidos de la isla a nivel internacional.

Sus hijos Antonio, Marilina, Juanito y Lucía, su esposa Francisca y sus nietos y biznietos agradecieron el calor de los vecinos, amigos, artesanos y músicos que acudieron al sepelio.

Dos coches de Pompas Fúnebres portaron el féretro de Juan Marí, que fue recibido con profundo respeto a su llegada a la iglesia de Sant Carles, donde ofició la misa el párroco Vicente Tur Ribas.

Al entierro posterior asistió el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, acompañado por otros representantes políticos como la regidora Carmen Ferrer o el exconseller Mariano Juan. Hasta el pequeño cementerio acudieron centenares de personas para mostrar su respeto y expresar sus condolencias a la familia en el último adiós del padre de Las Dalias, un referente de la artesanía y de la música tanto para residentes como para visitantes.

Entre los vecinos que quisieron dar el último adiós a Juan Marí se encontraba Vicente Torres Guasch. «De pequeño recuerdo que iba a su casa, y poco antes de su muerte estuve también allí cenando con él y tomando un vasito de ‘vi pagès’», recuerda con cariño. Torres admite la gran capacidad de imaginación de Marí para levantar proyectos como Las Dalias o como el primer gran establecimiento turístico de es Canar, el hotel Panorama. «Lo que inventaba él no lo inventaba nadie. Creó la sala de fiestas más importante de la isla. No había muchos como él», indicó.

También elogió su iniciativa empresarial y su personalidad Antonio Torres. «Ha sido un gran trabajador, con iniciativa, con ideas... y Las Dalias fue desde los 80 una sala de fiestas y un punto de encuentro donde celebrar barbacoas, ver música en vivo y organizar excursiones para turistas. Ahora el mercadillo es el punto fuerte, pero de niño siempre lo recuerdo como un lugar de encuentro y de fiesta en Sant Carles», subrayó.