Claudia Tauchnitz.

Me encuentro con Claudia Tauchnitz en el Bon Lloc de Jesús. Se trata de una mujer que vivió muchos años en las Pitiüses aunque ya llevaba más de una década sin volver, pero reconoce que «aquí me siento como en casa». Durante este tiempo su vida ha dado varios giros, pero empezaremos por el principio.

Ella es una alemana nacida hace 50 años cerca de Nuremberg y enamorada del calor, razón por la cual cambió el frío clima alemán, donde era agente comercial, y se trasladó aquí.

«Estaba harta de mi profesión en Alemania y del tiempo, allí la gente está muy encerrada en sus casas, aquí me encantó la naturaleza y la gente, lo amable y natural que es». Asegura que desde 1994, cuando se vino definitivamente, no echó de menos Alemania para nada, «incluso ahora que hacía tanto tiempo que no venía me sigue encantando».

Al principio se ganó la vida como hippy, pintando con ceras y vendiendo en las calles de Formentera sus cuadros. Tras pasar nueve años en la Pitiusa menor se trasladó a Eivissa con su pareja de entonces donde aprendió diseño gráfico y a crear páginas web siendo la primera en introducir las cajas digitales en Formentera.

Tras cuatro años en una casa pagesa en S’Estanyol, la ruptura con su pareja hizo que regresara a Formentera. Allí trabajó como diseñadora gráfica y administradora para el Blue Bar Formentera y creó su propia empresa Impecable Room.

Un tsunami y un ictus

Uno de los momentos que marcaron su vida su- cedió en diciembre de 2004, cuando se encontraba de vacaciones en Sri Lanka, donde quería grabar una película, y vivió de primera mano el tsunami que provocado por un terremoto destrozó la costa de varios países, entre ellos Sri Lanka, India y Tailandia, con olas de hasta 30 metros. «No es sólo una ola, es todo el mar que se te viene encima desde el horizonte. Primero se mete hacia dentro y luego vuelve con una fuerza que no puedes ni imaginarte». A pesar de que han pasado más de diez años a Claudia le cuesta ahondar en esa historia porque reconoce que «sobrevivir a un tsunami es una experiencia que no puedes sacar de tu cuerpo ni de tu mente nunca».

Ella fue una de las afortunadas que puede contarlo, en parte, gracias a la ayuda de un muchacho de 19 años, Senaka, que trabajaba en los campos de arroz y la ayudó a subir a un árbol. Estuvo a su lado en un momento drástico y ella quiso después devolverle el gesto, no sólo a él sino a todo el país que había quedado en ruinas.

«Decidí venderlo todo en Formentera y me trasladé en 2005 para crear una ONG Sri Lanka Help que trabajó conjuntamente con Lets ReBuilt, construyendo casas y un centro de comunicaciones, porque como están encerrados en su isla quería que aprendieran que el mundo era más grande».

Senaka fue uno de los beneficiados de este proyecto y ahora es como un hijo para ella. «Lo mandé a la escuela, estudió inglés, y ahora trabaja en un hotel de cinco estrellas y mantenemos contacto vía Skype». No han vuelto a verse desde 2010, cuando Claudia regresó a Alemania porque comenzó a sufrir reuma y necesitaba que la seguridad social le cubriera un tratamiento de por vida y muy costoso.

Además, en 2012, la vida volvió a darle otro golpe y actualmente continúa recuperándose de un ictus que le tuvo un día seminconsciente hasta que la encontraron. Una superviviente con muchas ganas de vivir y de cumplir el sueño de volver algún día a residir en las Pitiusas.

PERFIL

NOMBRE:

Claudia Tauchnitz

EDAD:

50 años

NACIDA EN:

Baviera - Alemania

PROFESIÓN:

Diseñadora gráfica

PERFIL:

Tras el tsunami de 2004 se trasladó a Sri Lanka donde creó una ONG para ayudar al país