Uno de los actos destacados fue la ballada pagesa en la que participaron alumnos, exalumnos y maestros del centro, que cuenta con 50 años a sus espaldas. Foto: TONI ESCOBAR

Este fin de semana se cumplían 50 años de la creación, el 25 de septiembre de 1966, del CEIP Puig d’en Valls. Un local que acogía una escuela con 40 alumnos que ocupaban 20 pupitres dobles y que fue inaugurada por el entonces obispo de Eivissa y Formentera, Francesc Planes Muntaner.

Para celebrar sus Bodas de Oro por todo lo alto, el CEIP Puig d’en Valls lleva organizando actividades durante todo el últi- mo año: exposiciones, conferencias, libro... pero este fin de semana, coincidiendo con la fecha del aniversario, toda la comunidad educativa se implicó para hacer de éste, un día inolvidable lleno de reencuentros. En este sentido, el centró se llenó el domingo de alumnos y exalumnos que, en muchos de los casos, son ahora padres de los alumnos actuales.

En este medio siglo de historia, por las aulas del centro han pasado miles de estudiantes. Muchos de ellos se reencontraban el fin de semana en una jornada lúdico festiva llena de actividades y sentimiento.

A partir de las 10.00 de la mañana se celebraron partidos de baloncesto, balonmano y fútbol, en los que se enfrentaban antiguos alumnos, no tan ágiles como en años atrás.

Uno de los actos destacados de la mañana fue la ballada pagesa, a cargo de alumnos, exalumnos y maestros, que repitieron una escena que se había vivido 38 años antes, cuando se hizo la primera ballada de la escuela, aseguró Vicent Escandell, miembro de la primera colla del colegio de Puig d’en Valls.

Interpretaciones musicales, como la de Bona nit, blanca roseta de la alumna Elena Torres, o los conciertos de la Banda Infantil Municipal y The Big Vallencs Band tuvieron lugar antes de la presentación de Sa Revista, con unas 300 fotografías que completan la historia del centro.

A los fogones se pusieron Vicente, Paco y Felipe, que prepararon un arroz de matanzas, a beneficio de Cáritas, para 600 comensales.

Educación y sociedad

Las 40 plazas iniciales del centro, fueron insuficientes ya desde el segundo año. Llegó un momento en que, pese a la ampliación por aulas, las familias redactaron una carta en la que pedían la construcción de una escuela. En 1975, la familia de Ignasi Llobet Prats