Más de la mitad de la población de Balears cree que la masificación turística es excesiva. Este término aparece por primera vez como problema ambiental en el Ecobarómetro desarrollado por el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES), en colaboración con las empresas Tirme e Hidrobal y la Obra Social La Caixa. Sus impulsores presentaron ayer los resultados obtenidos en la cuarta oleada (julio de 2016) y subrayaron que es la primera ocasión en que aparece la problemática de la masificación turística, que ocupa el segundo lugar en el ránking de las principales preocupaciones ambientales de los ciudadanos de las Islas, por detrás de la contaminación y suciedad del agua y las playas.

Según revela el informe, los más críticos con la masificación del turismo son los ciudadanos de entre 36 y 50 años, así como los residentes en Palma. Sin embargo, el director del IBES y principal responsable del informe, Gonzalo Adán, señaló que durante su elaboración se detectó cierta «ambivalencia» en lo que a masificación turística se refiere. «Es verdad que es un problema emergente, pero también es cierto que se percibe una oportunidad para hacerlo más sostenible y que genere más riqueza», explicó Adán. En este sentido, instó a los partidos políticos y a las instituciones a «emprender un gran pacto social sobre la sostenibilidad y los riesgos asociados a la presión sobre el territorio».

Agua

El problema del agua, en sus diferentes modalidades, es uno de los más importantes para los ciudadanos siendo la reducción de reservas de agua dulce, el principal para un 89 % de los encuestados. El director de Hidrobal en Balears, Guillermo Carbonero, reconoció que los ciudadanos «son conscientes del problema del agua en nuestra comunidad en cuanto a sequía, sobreexplotación de acuíferos y calidad, entre otros», si bien detalló que más de la mitad de los encuestados no es consciente de cuál es su consumo de agua».

Por su parte, el director general de Tirme, Rafael Guinea, observa en el estudio «una cierta desvinculación personal de los problemas ambientales, como si éstos se generaran siempre por conductas ajenas, nunca por las propias». En cuanto al reciclaje, a pesar de que una amplia mayoría de encuestados asegura que recicla, Guinea admitió que hace falta transmitir más confianza y transparencia a los ciudadanos en este sentido.