En diversas publicaciones de todo el mundo se afirma y vienen repitiendo que Cristóbal Colón importó la sífilis de las Américas. Y es muy posible que tripulantes enrolados en las naves del Almirante introdujeran en Europa esta infección tropical que afecta a la piel, los huesos y las articulaciones. Sin embargo, hay excavaciones que revelan que la sífilis no procede de América y que ya estaba presente en Europa antes de que Colón regresara del primer viaje.

El caso es que hay un estudio científico realizado en la Universidad de Bradford (Inglaterra) y que se hizo público en 1999, según el cual en el cementerio de una comunidad agustiniana en el puerto de Kingston upon Hull, habitado entre 1119 y 1539, fueron estudiados 245 esqueletos y tres de ellos tenían síntomas de sífilis. Es más, el Carbono 14 demostró que un varón con muestras claras de haber padecido la terrible enfermedad había fallecido entre los años 1300 y 1450.

Pero hay más. Resulta que el análisis de los nobles sepultados en el monasterio de Poblet (Tarragona) certifica que la sífilis no vino de América. Efectivamente, el estudio de los restos óseos de 110 individuos – no identificados – de la Corona de Aragón y de familias nobles ha aportado también resultados sorprendentes. Uno de ellos, según el profesor de Antropología de la Universidad de Granada, Miguel C. Botella, ha sido la localización de huesos afectados por la sífilis, algo muy poco habitual y que sirve para certificar que esta enfermedad ya existía en Europa y que no vino de América tras el descubrimiento de 1492, como otra teoría sostiene. En opinión del doctor Botella, algunos de estos restos óseos que presentan marcas de sífilis proceden de los siglos XIII y XIV.

El caso es que el profe, conocedor de mis investigaciones, me informó que «hace un tiempo publicamos en International Journal of Osteoarchaeology, 2011, un artículo en una revista de impacto demostrando que había sífilis ya en época romana en España.

Efectivamente, he leído el artículo publicado en inglés y resulta que se ha observado que en un esqueleto romano datado entre el siglo II y III d. JC y localizado en la población de Gavà (Barcelona), hay presencia de sífilis. Se trata pues de uno de los más antiguos ejemplos de dicha enfermedad en la Europa precolombina. No le carguemos, pues, la plaga de la sífilis a Cristóbal Colón.