Medio centenar de alumnos, padres y profesores disfrutaron de una mañana creativa, produciendo elementos para el patio del colegio. | DANIEL ESPINOSA

Medio centenar de personas entre pequeños, familias y profesores. Una docena de neumáticos, otros tanto palés, pinturas, pinceles, brochas y rodillos, y una finalidad: hacer realidad el proyecto juego de patios. Es lo que hicieron ayer por la mañana todos aquellos que se dieron cita en el colegio Can Misses de Vila.

«Se trata de una iniciativa que impulsamos a través del claustro de profesores y que hoy estamos llevando a cabo», apuntó el director del centro, Joan Amorós, quien añadió que el proyecto implica a las familias y pretende dotar al patio de vida con los juegos tradicionales ibicencos: la xinga, les bitlles o el ratllacamins.

«Desgraciadamente, estamos acostumbrados a patios de asfalto donde los niños sólo juegan al fútbol. La naturaleza es importante y por eso el proyecto recoge una serie de grandes maceteros», añadió Amorós.

La iniciativa ha sido un estímulo para los alumnos ya que cada uno ha rellenado una hoja con el dibujo de lo que les gustaría tener en el patio.

Los alumnos de infantil apostaron por los juegos con dibujos en el suelo, mientras que los alumnos de primaria hicieron los esbozos de los elementos más complicados con la utilización de palés y tubos.

Equipados con baberos y brocha en mano, los más pequeños fueron los encargados de pintar los neumáticos que estaban llamados a convertirse en grandes maceteros.

En otra zona del patio un grupo pintaba los palés mientras los padres recortaban los tubos y piezas que darían forma a un ábaco y un xilófono.

Gema Martínez, una de las madres que participó en esta matinal de solidaridad del sábado, subrayó que se trataba de una iniciativa «muy positiva y creativa», al tiempo que pintaba uno de las piezas de tablas con Teo, su amigo Jordi y Esther.

En otra zona se encontraba Óscar Joan Marí recortando los tubos que después utilizarían para realizar las diferentes piezas que tienen como objetivo crear una espacio más vital para su hija Mar y el resto de alumnos que estudian en el colegio Can Misses.