La portavoz de Podemos en Balears, Laura Camargo, aseguró ayer que el pacto de gobernabilidad «quedaría herido de muerte» si la abstención de los dos representantes del PSOE por las Islas facilitara la investidura de Rajoy como presidente del Gobierno. Para Camargo, esta abstención en el Congreso equivaldría a un «sí».

Aunque tanto la diputada Hernanz como el diputado Pons no han dejado de repetir desde hace meses que no apoyarán a Rajoy, Podemos mantuvo la estrategia de tensión. Camargo (aunque sin llegar al extremo de otros dirigentes autonómicos) dijo que si eso sucediera, si finalmente el voto del PSIB fuera para el PP, habría que convocar a las bases para analizar «qué hacer».

Camargo aprovechó este momento de dificultad para quejarse de que la negociación de los Presupuestos de 2017 no iba tan bien como esperaba después de que la formación morada decidiera dar su apoyo inicial. Ayer precisó que «los diez votos de Podemos no serán para unos presupuestos de continuidad».

El tono de Podemos no agradó en Més. Semanas después de que su portavoz, David Abril, ofreciera la puerta de Més a los descontentos del PSIB (y que la consellera Fina Santiago le criticara en su cuenta de Facebook), Abril dejó en manos de Bel Busquets la valoración sobre lo sucedido en el Comité Federal del PSOE y cómo podría influir en la vida política de las Islas.

Busquets explicó que al no ser Més un grupo de dependencia estatal, «y sí soberanista», separan lo que ocurría en Madrid, «y la gobernabilidad del Estado» con lo que sucedía en Balears.

Busquets tranquilizaba así a la presidenta Armengol. La reacción del PP fue crítica. Según la diputada ‘popular’ Margalida Prohens, «Armengol ha quedado huérfana políticamente y va de fracaso en fracaso, también en su propio partido».

Desde Ciudadanos, Olga Ballester reclamó «responsabilidad» a la presidenta y líder del PSIB.