Las antiguas viviendas protegidas de Santa Margalida no han podido demolerse hasta ahora porque un vecino sigue viviendo en uno de los pisos. | DANIEL ESPINOSA

El único vecino que todavía reside en el viejo bloque de viviendas protegidas de Santa Margalida, en el centro de Vila, deberá abandonar de manera inmediata su piso después de que el Ayuntamiento de Ibiza haya declarado el edificio en ruinas.

Técnicos municipales se personaron la semana pasada en el edificio tras recibir una llamada telefónica de unos vecinos que viven en los edificios colindantes en la que aseguraban que se habían producido unos derrumbes en el techo del viejo inmueble, situado en la intersección de la avenida de Isidor Macabich con la calle Madrid.

La inspección técnica concluyó que el edificio estaba en mal estado, por lo que el Consistorio, según explicó el primer teniente de alcalde de Vila, Alfonso Molina, ha tomado la determinación de derribarlo en cuanto se haga el proyecto de demolición y se habilite un presupuesto para ello porque constituye «un peligro» para los viandantes.

El Ayuntamiento lleva años negociando la salida de Acisclo Marín, el hombre que se resiste a abandonar el bloque a pesar de que, como explicó Molina, «el departamento municipal de Benestar Social se ha puesto a su disposición para sacar sus enseres y se le ha ofrecido una vivienda en usufructo» situada en el bloque Es Pla de Vila, junto al primer cinturón de ronda.

La declaración de ruina del edificio se realizó el pasado viernes y, desde ese momento, Marín dispone del plazo de una semana para abandonar su vivienda que expiraría en las próximas horas. Si el último vecino de las antiguas viviendas protegidas no abandona voluntariamente su vivienda, el Ayuntamiento tendría que recurrir a una orden judicial para obligarle a hacerlo.

El bloque de viviendas, construido en 1954, fue expropiado hace una década por los anteriores gobiernos municipales socialistas para llevar a cabo la operación urbanística de Eivissa Centre que se paralizó por presuntas irregularidades que finalmente no fueron probadas.

LA NOTA

Unos solares valorados en unos 9 millones de euros

Los dos solares sobre los que se construyeron las viviendas protegidas de Santa Margalida tienen en la actualidad un valor en el mercado de unos 9 millones de euros, unos 4,5 millones cada uno.

Estos solares son propiedad de la empresa municipal IMVISA, que a lo largo de este año será liquidada. Estos terrenos pasarán entonces a ser propiedad del Ayuntamiento, junto a otro solar ubicado en la Avenida 8 d’Agost.

Sin embargo, según explicó el primer teniente de alcalde de Vila, el Consistorio no tiene intención de venderlos de manera inmediata, dado que su situación financiera es buena aunque seguirán escuchando las ofertas que hacen por ellos diferentes grupos inversores que están interesados en explotar estos solares.