Antoni Cardona Riera es el tercero de los tres únicos obispos de las Pitiusas ibicencos. Nacido en 1883, su vida estuvo marcada por la Guerra Civil española, durante la cual murieron una veintena de sacerdotes de Ibiza y Formentera pero a la que Cardona consiguió sobrevivir.

Sacerdote de la iglesia de San Salvador de la Marina, fue ordenado obispo en 1928 en la catedral de Ibiza antes de trasladarse a Menorca, dado que fue nombrado sucesor del obispo de Ciutadella, el también ibicenco Joan Torres Ribes.

Volvió a Ibiza en 1935, cuando fue designado obispo administrador apostólico en sustitución de Salvi Huix y su primer acto como máxima autoridad eclesiástica de las Pitiusas fue la conmemoración de los 700 años de la conquista cristiana de Ibiza y Formentera.

Una vez iniciada la Guerra Civil, el obispo ‘Frit’ se ocupó de reparar los destrozos que hicieron desde el bando republicano a los diferentes templos de las islas.

Pero el gran logro del obispo ibicenco fue la restauración de la diócesis de Ibiza pleno iure en 1949 por el Papa Pío XII. Un año después tomó posesión como obispo titular y emprendió una serie de iniciativas que consiguieron el cariño y el apoyo de los feligreses.

En 1955, la imagen de Santa María de la catedral fue coronada canónicamente en un acto que se celebró en el paseo de Vara de Rey presidido por el nuncio apostólico y el jefe del Estado, el general Francisco Franco. Otros de sus logros fueron la instalación de un retablo nuevo en Sant Josep, obra del ebanista ibicenco Joan Roig ‘Llogat’, la capilla de Santa Eulària dedicada a la Virgen de Lourdes y la inauguración de Radio Popular de Ibiza.

A finales de la década de los cincuenta, el obispo Cardona presentó su renuncia por motivos de salud. Tras el nombramiento del mallorquín Francesc Planas Muntaner, consideró que su presencia en Ibiza podría incomodar al nuevo obispo y, en marzo de 1960, después de ser nombrado arzobispo de Nicópolis de Épiro, decidió trasladarse a una residencia sacerdotal de Quart de Poblet, en Valencia, donde murió en junio de 1961. Un avión militar trasladó después sus restos a Ibiza donde fue despedido por centenares de feligreses que acudieron a la parroquia de San Salvador. Al día siguiente se celebró una multitudinaria misa en la catedral y fue enterrado en la capilla de la Virgen del Rosario.

Calle Arquebisbe Cardona Riera

El monumento del Cor de Jesús, muestra de gratitud a sus vecinos

En el año 1947, Cardona hizo erigir una monumental imagen del Cor de Jesús en el puig de na Ribes, en el mismo lugar que ocupaba antes un viejo molino de viento, un pozo y las casas de algunos vecinos que ayudaron a esconderse al obispo durante la persecución del clero al inicio de la Guerra Civil española.

En agradecimiento a esas personas, Antoni Cardona promovió la construcción de este monumento y una pequeña capilla con las donaciones de los diocesanos, amigos y diferentes ministerios del Gobierno central a los que el obispo acudió en numerosas ocasiones para pedirles ayuda.

El monumento, realizado por el escultor valenciano Antoni Sanjuan, mide 23 metros de altura y es el lugar donde cada año se celebra una eucaristía al aire libre el primer viernes después del Corpus Christi, aunque normalmente se hace un domingo para que puedan asistir un mayor número de fieles.