Las intensas precipitaciones caídas en Vila durante la noche y la madrugada del domingo al lunes ocasionaron inundaciones en numerosos locales comerciales y sótanos del municipio.

La bahía de Talamanca ha sido una de las zonas que más ha sufrido las consecuencias del mal tiempo, ya que a las fuertes lluvias se suma el temporal marítimo que arrastró al menos dos veleros a la orilla de la playa y cubrió toda la arena de una gruesa capa de posidonia que entró a locales como el Hostal Talamanca. En este negocio, la huella del temporal todavía podía apreciarse en la terraza del restaurante. Juan Marí, maitre del establecimiento, narraba cómo los empleados del local estuvieron durante toda la noche achicando agua con cubos hasta que, al final, lograron vaciarlo con la ayuda de una bomba de agua. «Estaba todo el bar con un palmo de agua hasta el punto que los clientes no podían subir a las habitaciones porque estaba la entrada inundada», señaló.

Los vecinos de la zona denuncian que la calle que discurre paralela a la playa de Talamanca se inunda cada vez que llueve porque, según aseguran, no se activan las bombas que absorben el agua acumulada. «Cuando ponen en marcha los motores, el agua se va enseguida», explicaron.

Trincheras contra el agua

A pocos metros de Talamanca, la huella del temporal se dejó ver en ses Feixes, donde subió el nivel de las aguas, y sus carreteras próximas, completamente inundadas. También en la avenida Vuit d’Agost y en la calle perpendicular Ceramista Joan Daifa, donde varios locales presentaban en sus puertas tablas de madera e incluso sacos de arena para evitar que el agua volviera a entrar a los bajos.

Mila González, propietaria de una agencia inmobiliaria de esta calle, contaba cómo pasó toda la noche intentando arreglar el entuerto que provocó la entrada de agua en su local. En este caso, el problema es el desnivel que existe entre la acera donde se encuentra su negocio y la de enfrente. «Hace unos años estaba más nivelada pero hicieron obras y rellenaron la parte de enfrente y cada vez que llueve el agua se acumula en esta parte y se nos inundan los locales», lamentó.

Las alcantarillas de la ciudad no daban abasto para recoger las grandes cantidades de lluvia caídas. Especialmente en es Pratet, barrio que habitualmente se inunda tras fuertes lluvias. A lo largo del fin de semana, muchas tapas saltaron y los técnicos de Aqualia tuvieron que acudir para su recolocación.

Más preocupante fue la situación del tramo de la carretera de Sant Joan, desde el cruce de Jesús hasta la rotonda de Pacha, que tuvo que ser cerrado a causa de la gran cantidad de agua acumulada en la zona y para evitar que los coches pudieran quedarse atrapados.

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Otro de los problemas ocasionados por el temporal fue el desprendimiento detectado a primera hora de ayer en la entrada del túnel de la calle Ramon Muntaner. La policía valló y señalizó la zona donde estaban los desperfectos y está pendiente la visita de un técnico municipal para evaluar los daños.

Por otra parte, la avenida Pere Matutes Noguera registró la caída de dos árboles, uno de ellos sobre un vehículo y otro sin provocar daños. En esta avenida también sufrieron una avería en la red eléctrica que fue subsanada el mismo domingo.

EN CORTO

Imposible replantar las tipuanas de la plaza del Parc derribadas por el temporal

Las siete tipuanas derribadas por la fuerza del viento en la plaza del Parc el pasado sábado son «irreplantables», según explicaron ayer desde el Ayuntamiento de Eivissa. Una de ellas se rompió por la mitad «de cuajo», por lo que ya se daba por perdida, mientras que las seis restantes presentaban sus raíces cortadas al ras, por lo que era «prácticamente imposible» poder recuperarlas.

En cambio, los otros cinco ficus que el viento tumbó serán podados para evitar que se mueran y todo indica que sí que podrán volver a aprovecharse aunque se plantarán en otro espacio verde municipal. De momento, se desconoce la especie de árboles que se escogerá para sustituir a los ejemplares derribados. El departamento municipal de Jardines está elaborando un informe con una serie de recomendaciones y, según informaron desde el Consistorio, hoy se tomará una decisión al respecto con el director de las obras de peatonalización.

Desde la obra apuntaron que la causa de la caída de estos árboles es que no estaban bien podados y que su excesivo peso, unido a que las raíces estaban en parte al descubierto por las obras, han favorecido que fueran derribados por la lluvia y el viento. Según explicaron, las palmeras que siguen en pie en la plaza han aguantado la embestida del temporal porque sus raíces son más profundas.

Los trabajadores de las obras de peatonalización de la plaza del Parc dedicaron el día de ayer a retirar con camiones los árboles tumbados, que finalmente fueron troceados para aprovechar la madera. La zona de obras, tanto en la plaza como en el paseo de Vara de Rey eran ayer un barrizal, lo que hizo muy difícil seguir trabajando.