Las islas de Ibiza y Formentera se llenaron anoche de magia e ilusión gracias a las cabalgatas que recorrieron las calles de los distintos municipios de la isla. Vila, Sant Antoni, Santa Eulària, Sant Josep y Formentera (hoy es el turno de Sant Joan) derrocharon energía e imaginación en sus carrozas y séquitos que acompañaron a sus Majestades los Reyes Magos de Oriente. Melchor, Gaspar y Baltasar encontraron a su paso a miles de niños que aclamaban sus nombres y también, como manda la tradición, reclamaban caramelos.

A las 18.30 horas, tal y como estaba previsto, desembarcaban Melchor, Gaspar y Baltasar en la playa de ses Figueretes de Vila. Llegaron en barco y allí les esperaba el alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, para darles la bienvenida y una multitud de niños y adultos que llenos de ilusión comenzaron a pronunciar sus nombres y a hacerse fotografías con ellos.

Todo estaba preparado para que a partir de ahí comenzara una extensa cabalgata que, con un total de 8 carrozas y los alumnos de cinco academias de baile y demás séquito, llenó las calles de Vila. Luz, música y mucho color, además de magia e ilusión fueron los ingredientes que desde la organización seleccionaron para este tan tradicional como renovado acontecimiento navideño.

Abrieron la comitiva real, dos caballos de doma menorquina que hicieron las delicias de los niños apasionados de estos animales con sus delicados y firmes movimientos marcados por sus jinetes. Después, cuatro carrozas: la inspirada en la película Frozen, en los dibujos Ben y Holly, otra que recordaba a la conocida serie de animación La Abeja Maya y, por último, la dedicada a la película Cómo entrenar a tu dragón acompañadas por las academias de baile Centro de Danza, Davinia Van Praag y Passion Dance precedían a las carrozas de sus Majestades de Oriente. Multitud de pajes, personajes de ficción, bailarines y demás bailaban al ritmo de la música que en directo la marcó A Tutiplén para abrirle paso a los Reyes.

Después llegaba el turno de la carroza del Rey Melchor, inspirada en el hielo, la nieve y el frío con la academia de baile Centro de Danza. La segunda carroza, como marca la tradición, era la del Rey Gaspar que estaba inspirada en el aire, las nubes y el viento. Una carroza que acompañaron las alumnos del Club de Gimnasia Rítmica Ibiza y del Club de Gimnasia Rítmica Tanit.

En tercer lugar, pero no por eso menos importante, la carroza del Rey Baltasar que emulaba al Sol, el fugo y el calor. Una carroza que fue acompañada por los alumnos de Passion Dance.

Para finalizar, cerraba la comitiva la última de las carrozas: un auténtico galeón transformado en carroza y donado por Autoritat Portuària de Balears. Era la carroza cargada con los regalos que sus Majestades han estado entregando durante toda la noche. «Y es que su majestades llegaron en barco a Vila, por lo que los regalos también iban en barco», explicaban desde la organización de la Cabalgata de Vila.

Una cabalgata especialmente extensa en tiempo, pues tuvo una duración de casi tres horas, y recorrido, ya que este año, debido a las obras del Paseo de Vara de Rey fue modificada su trayectoria. Que para algunos padres se hizo un poco más «larga» de lo normal, pero que aceptaron contentos al ver la felicidad de sus hijos.

En cuanto a las opiniones sobre el evento, las hubo para todos los gustos. La mayoría de las personas que hablaron con este periódico mostraron su alegría por una cabalgata que les había «gustado más que las de otros años», como era el caso de Olga y Elia, de 6 y 4 años, y sus padres a quienes les pareció que «este año ha habido más carrozas y más bonitas».

Sin embargo, nunca llueve a gusto de todos y también hubo personas que consideraron que algunas carrozas llevaban una música demasiado estruendosa o les desagradó el exceso de bailarines «como si fuera la Rúa de Carnaval». En este sentido afirmaron echar de menos motivos más tradicionales como «villancicos o la presencia de pastorcillos en lugar de tanta música house», dijo Mariana Castro.

Una cabalgata bañada por caramelos (aunque no hubo para todos y a algunas carrozas se les acabaron antes de terminar la cabalgata) que finalizó para sus Majestades de Oriente y el alcalde de Ibiza en la carpa municipal, ubicada en la plaza Antoni Albert i Nieto y en la que Melchor, Gaspar y Baltasar se despidieron con unas palabras para los más pequeños. Les quedaba una larga noche de trabajo por delante.