Ramon Muntaner nació en el año 1265 en Peralada y perteneció a una familia noble que hospedó al rey Jaume I ‘el Conquistador’ y a Alfonso X el Sabio. Una experiencia que marcó al entonces niño y que fue el origen de su posterior ‘Crónica’.

En 1285, Peralada fue incendiada por los almogávares durante la cruzada contra la Corona de Aragón, razón por la cual Montaner se trasladó a vivir a Valencia con su padre.

Poco después de cumplir los veinte años, tomó parte en la conquista de Menorca y después participó en la lucha contra los franceses en la Guerra de Sicilia. Perteneció a la Gran Compañía Catalana que fueron fieles hasta su fin en Grecia a la Corona de Aragón y fue enviado a Constantinopla para ayudar a los griegos a luchar contra los turcos bajo el liderazgo de Roger de Flor.

Pero su misión más importante como caballero de la Corona de Aragón fue la de transportar desde Catania hasta Perpiñán al futuro rey Jaume III de Mallorca cuando tenía pocos meses de edad para entregárselo a sus abuelos después de quedarse huérfano.

Después de llevar a cabo con éxito esta misión, Muntaner decide retirarse del mundo de las armas y se convierte en comerciante de telas. Esos años le sirven para madurar sus intensas experiencias en el frente de batalla y en 1325, a los 60 años de edad, empieza a escribir sus memorias.

Tres años después acaba de redactar su Crónica, escrita en primera personal utilizando un estilo sencillo sin demasiada retórica. Es la más larga de las cuatro grandes crónicas y narra desde el engendramiento de Jaume I en 1207 hasta la coronación de Alfonso el Benigno en 1328.

Gracias a su condición de soldado, Muntaner presenció algunos de los hechos que relata, algo que no sucedía con otros cronistas. Su obra está repleta de datos históricos, por lo que se ha convertido en un instrumento necesario para analizar ese periodo de la historia de la Corona de Aragón.

Ramon Muntaner acabó sus días en la isla de Ibiza como representante del rey Jaume III, donde todo indica que murió en 1336. Sin embargo, hay versiones contradictorias sobre el lugar donde fue enterrado, unos dicen que en el convento de los padres dominicos en Vila, algo imposible porque sus obras se iniciaron dos siglos después de su muerte.

La vinculación de Muntaner con la isla de Ibiza fue reconocida con la calle que lleva su nombre en el barrio Puig des Molins de Vila.

Calle Ramon Muntaner

Los conflictos medievales entre Ibiza y Mallorca

Como representante del rey Jaume III en Ibiza, Ramon Muntaner reci- bía cartas del monarca para dirimir los conflictos entre los diferentes señoríos. En uno de esos conflictos, Guillem de Montgrí exigía al arzobispo de Tarragona juramento de fidelidad en la guerra con genoveses y musulmanes, un hecho que el eclesiástico consideró una violación de sus privilegios.

Otro de los conflictos, según señala la Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera, se produjo cuando unos esclavos musulmanes robaron una barca en ses Salines. El representante del arzobispo quería juzgarlos porque los hechos se habían producido en su jurisdicción pero Ramon Muntaner como representante real acabó aplicando sus leyes.

También fueron numerosos los conflictos entre la Universidad y el representante real. En uno de estos casos, el rey aceptó la protesta de la Universidad acerca de las interferencias de los oficiales reales en el trabajo de los encargados de repartir la sal entre los pobladores de las Pitiusas.