El incumplimiento reiterado de los plazos de ejecución y posterior reparación de los desperfectos surgidos en el primer tramo de la travesía de Jesús está acabando con la paciencia de vecinos y comerciantes, que ven cómo la nueva carretera «parece que tiene 20 años, es más estrecha, está llena de grietas y no tiene iluminación».

Según Félix Ruiz, vecino de la localidad perteneciente al municipio de Santa Eulària, las reparaciones que actualmente están llevando a cabo los operarios se centran en el carril bici, donde también han aparecido grietas y socavones, y en una enorme zanja aparecida recientemente en un área ya intervenida sobre la que se ha colocado una gran plancha metálica.

A mediados de diciembre, el Consell d’Eivissa contrató a varias empresas independientes para que investigasen las causas de los baches y las hendiduras que han hecho de la nueva carretera de Jesús la más ‘vieja’ e incómoda de transitar. La obra iniciada en noviembre de 2015 y cuyo plazo de ejecución era de 45 días suma ya 14 meses de penitencia, y el Consell no va a recepcionarla mientras la constructora no repare el pavimento. Este viernes la consellera Pepa Marí admitió que han existido «deficiencias en los materiales utilizados y en la ejecución de los trabajos», por lo que el litigio con la empresa adjudicataria seguirá un largo proceso.

Parches sobre parches

Como resultado de las intervenciones que se han tenido que acometer para garantizar la seguridad del tráfico, el firme está repleto de parches, pero algunos corren el riesgo de volver a hundirse (esta semana se produjo un nuevo socavón en una curva peligrosa que los operarios taparon con una plancha metálica) al no estar bien compactado el terreno y de manera uniforme.

«Con el tráfico que tiene esta vía, con una vibración constante, el material empleado se compacta, pero por zonas; el resultado es que se producen ‘blandeces’, hundimientos y zanjas», sostiene José Orvay, vecino de la localidad y trabajador de obra civil. En su opinión, la solución es «despedir al ingeniero y hacer el tramo de nuevo, echando una línea de hormigón de punta a punta y hacerlo todo de una pieza». Orvay se mostró muy crítico con la constructora, a quien acusa de «no solidificar los espacios que se vaciaron en su momento», lo que incide en la reaparición de baches y zanjas.

«El proyecto es ridículo desde el principio. Una obra de 45 días se alargó casi ocho meses. No contentos con hacerla más estrecha, sin reducir curvas y enderezar un poco la vía, hacen una curva en escuadra a la altura del desvío a la residencia. Hay baches dentro de los baches. Son inútiles hasta para hacer chapuzas», critica este trabajador, quien sospecha que el origen del problema «es que las conducciones y líneas nuevas del alcantarillado no se han compactado en su momento; echaron un material sin compactar y ese terreno al ser blando se hunde».

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Peligro para conductores

Félix Ruiz también opina que las reparaciones efectuadas durante los últimos meses por la constructora no resuelven «la chapuza» en que se ha convertido la entrada al pueblo: «Cuando una zona se hunde, la arreglan, pero luego aparece otro tramo hundido. Dejé de ir por este acceso porque voy en moto y había zanjas continuas. No es seguro».

Pero este tramo no solo es peligroso para los vehículos a dos ruedas, también lo es para camiones de gran tonelaje y autobuses por el estrecho margen de la calzada. «A las 24 horas de abrir el acceso al tráfico ya estaban los bordillos negros de los neumáticos», lamenta Ruiz.

Ninguno de los vecinos consultados confía en que el primer tramo, de poco más de 800 metros de longitud, esté reparado y en condiciones para el inicio de la temporada turística. Ya ha pasado más de un año desde el inicio de las obras y los vecinos de Jesús siguen sin ver la luz al final del túnel. «Hacemos el ridículo más espantoso en todos los sentidos, es algo indescriptible. Sería un detalle que lo tuvieran listo para Semana Santa, pero no confío en ello», sentencia Orvay, cuya opinión suscribe Ruiz.

LA NOTA

El Consell informará del diagnóstico esta semana

Desde el Consell d’Eivissa admitieron el pasado viernes que en un primer diagnóstico se han detectado «deficiencias en el material utilizado y en la ejecución» de la obra por parte de la constructora, Vías y Construcciones SA. Asimismo, la máxima institución insular informó de que a lo largo de los próximos días se convocará la reunión del acta de recepción, donde el departamento de Carreteras informará sobre la evaluación realizada por técnicos de empresas externas y comunicará si recepciona o no la obra.