Los expedientes sancionadores abiertos por el IB-Salut a la empresa concesionaria del hospital Can Misses ha supuesto que haya dejado de percibir más de 4 millones de euros durante 2016 por las deficiencias en el servicio.

El contrato de la concesión contempla la aplicación directa de deducciones, es decir lo que se descuenta de la factura mensual que percibe la concesionaria por cuestiones como el retraso en los plazos de entrega, roturas y desperfectos en el mantenimiento en el hospital que se han de resolver en un plazo. A esto se suman los expedientes sancionadores por incumplimiento de contrato. Durante el año pasado hubo once expedientes sancionadores, nueve de carácter leve y dos graves por diferentes motivos que tienen que ver con la calidad de prestación del servicio, como problemas del servicio de restauración o falta de control del inventario de la ropa de la lavandería.

En el contrato de la concesionaria se aplican dos conceptos de los que depende la cantidad de dinero que perciban. Uno de ellos es el canon variable, cuyo importe total se eleva a 16 millones de euros que paga la Conselleria de Salut por prestación de servicios. De esa cantidad, la concesionaria dejó de percibir 2.679.651 euros, un 16% de lo que se tenía que pagar, por deducciones. A esto se suma el canon fijo por la inversión, que asciende a 7.916.364 euros al año, y que durante 2016 se descontó la cantidad de 1.366.597 euros del total que tenía que pagar el Govern, «ha sido un 17,39% menos», dijo el secretario general del IB-Salut, Manuel Palomino.

En este caso, el IB-Salut deja de abonar el canon fijo por cuestiones como la falta de disponibilidad y que, a modo de ejemplo, se refiere a no poder utilizar una sala. La suma de los 2,6 79 millones y de los 1,366 millones descontados a la concesionaria asciende a cuatro millones de euros, la cantidad que se le ha dejado de abonar.

Los servicios que acumulan mayor penalización son los del mantenimiento, con una cuantía de 1,3 millones de euros; seguido de logística, 765.413 euros; lavandería, con 306.000 euros; comida, 196.418 euros. De hecho, servicios como el de cafetería han sido penalizados con 23.433 euros por servicios no cumplidos. «Es un contrato muy fiscalizado, con un control muy elevado y de hecho han ido cambiando cosas. No tiene nada que ver cómo responden ahora a como lo hacían a principio de la concesión», apunta Palomino.

El secretario general del Servei de Salut asegura que a partir de otoño se ha ido reduciendo el número de deducciones con un descenso del número de incidencias. «Ha bajado de una media de 150.000 euros a los últimos meses del año con deducciones de 22.000 euros. Eso es porque han ido cambiando el sistema de informático, y la gestión. La situación es muy distinta. Han tenido cambios internos», apunta el secretario general del IB-Salut.

LA NOTA

«A la concesionaria le ha costado arrancar»

En comparación con Son Espases, llama la atención la proporción de las cuantías económicas ya que la concesionaria de Can Misses suma cuatro millones de euros en un año, mientras que el hospital de Palma lleva 3,4 millones de euros desde que abrió sus puertas en 2010. En opinión de Palomino, «a la concesionaria le ha costado arrancar en Can Misses y estabilizarse, sobre todo en el mantenimiento», dijo.

Entre los cambios de la concesionaria registrados el año pasado se encuentra el cambio de la dirección, ahora en manos de Julio Villar, que fue gerente del Área de Salud en la anterior etapa de gobierno socialista y el cambio de las empresas subcontratadas, como logística y cocina. Sin embargo, se han producido hechos inusuales en un hospital como la aparición de moscas en los quirófanos que supuso el cierre del bloque quirúrgico y la cancelación de operaciones programadas. Ante hechos como este, Palomino dijo que se ha abierto un expediente informativo que derivará si procede, en un expediente de penalización a la empresa concesionaria.