Alas cinco de la tarde y con una puntualidad casi británica la carroza ambientada en la película de animación Up del colegio de educación infantil y primaria Ses Planes, recién inaugurado este año en Sant Agustí, tuvo el honor de inaugurar el carnaval de este 2017 en la isla de Ibiza. Lo hizo participando en la rúa organizada por el Ayuntamiento de Sant Josep por las calles de Cala de Bou y que al principio, estaban abiertas al tráfico en una dirección poniendo en peligro la salud de los participantes que salían desde el SUMA que hay en la Avenida de Sant Agustí.

Afortunadamente sólo fue un pequeño tramo, de apenas unos doscientos metros, hasta el cruce por la calle Madrid, y gracias a ello la rúa se desarrolló entre un ambiente festivo y con total normalidad hasta llegar a las oficinas municipales donde se procedió a la entrega de premios. Aunque no fue un trayecto largo las aceras si estaban repletas de vecinos con ganas de disfrutar con los disfraces del primer desfile carnavalero de este año y la mayoría se quedó con un buen sabor de boca, sobre todo por la crítica que reflejaban algunos de los participantes. «Está muy bien que algunas comparsas hayan optado por recuperar el espíritu crítico que siempre ha caracterizado al carnaval porque desde hace unos años parece que nos habíamos vuelto demasiado contemplativos y políticamente correctos», aseguró con una gran sonrisa Puri, una vecina de Cala de Bou «de las de toda la vida».

No le faltaba razón. De entre todos los participantes llamaron especialmente la atención cuatro chicas que bajo el nombre de Alcatrump desfilaron vestidas de naranja, el traje típico de las prisiones norteamericanas, y con una silla eléctrica, y sobre todo el grupo de amigos que lo hicieron bajo el nombre de Periquita’s Turs. Su original llamamiento a un turismo responsable disfrazados de señales de prohibido y ceda el paso donde se alertaba del peligro de los party boats, los borrachos, los casi muertos, los drogados o los coches mal aparcados, fueron de los que arrancaron mayor número de sonrisas, muchas de ellas entre un público cómplice con lo que veía.

También hicieron reír y mucho el numeroso grupo de personajes de la naturaleza de la Escoleta Es Vedranell; el llamamiento a preservar los fondos, la flora y la fauna marina de Ibiza que hicieron los miembros de la Apima del colegio Es Vedrà vestidos de animales marinos como peces, cangrejos, medusas, pulpos e incluso unos buzos ayudando a una gran tortuga; la tripulación pirata con barco y todo de Els pirates des Estanys del Grup Folklòric Sant Jordi de Ses Salines y Nunca es tarde para bailar, un peculiar y divertido grupo de abuelas que bailaban como una escuela de baile cerrando la comitiva.

Mientras, también brillaron la mayoría de los disfraces individuales o de pequeños grupos. Una categoría gracias a la cual se pudo ver desfilar a un Predator, esa criatura alienígena de ciencia ficción que ha aparecido en varias películas de cine, una fregona, una botella de cerveza verde y un jamón de pata negra, una silla voladora, una niña pescando en un bloque de hielo, una compresa ninja que avisaba de que iba manchando o tres clones de La reina de corazones de Alicia en el País de las Maravillas. Imaginación al poder.