El Carnaval de Vila quedó ayer oficialmente inaugurado con las celebraciones del dijous llarder a las que asistieron cientos de ciudadanos. Tal y como manda la tradición, la de ayer fue una tarde de disfraces improvisados, de fiesta y de degustar tortilla.

Unos 500 huevos y 150 kilos de patatas fueron los ingredientes principales de la tortilla gigante que se cocinó ayer en la plaza d’Antoni Albert i Nieto de Ibiza. Así lo explicó el cocinero de la empresa contratada para la ocasión, Fernando Vivancos, quien aseguró que el secreto para hacer una buena tortilla española es «haber hecho muchas».

Una tortilla que estaba prevista para alimentar a unos 600 comensales y que se sirvió en bocadillo. Cientos de personas se interesaron por degustar este rico y tradicional manjar por lo que realizaron la pertinente cola llenando la plaza durante la tarde.

Fue el caso de una familia de Ibiza que se ubicaron en los primeros puestos de la fila, esperando su ración, mientras recordaban todos los lugares de Vila en los que se ha ido realizando esta tradición como el Mercat Vell. Aseguraban que han celebrado el dijous llarder todos los años desde hace casi 50. «Es una tradición que viene de nuestros abuelos, padres y nosotros también se lo transmitimos a nuestros hijos».

En cuanto al concurso de disfraces, el jurado aseguró que sobre todo se valoraron los mario·los, como manda la tradición. De los más de 30 niños que se presentaron al certamen, ganó una niña disfrazada de detective que se hizo con un vale de 50 euros para juguetes y en segundo lugar quedó Nerea, la chacha festera, una niña de cinco años que ganó un vale de 30 euros para juguetes. En la categoría de adultos tan sólo se presentó una pareja que bajo el título los morenitos, se hicieron con una comida para dos personas en Can Alfredo.

Una tarde de tradiciones, celebraciones, talleres de baile, juegos, y todo lo necesario para darle la bienvenida a un Carnaval que no ha hecho más que comenzar.