Juan Manuel Costa Escanellas (Ibiza, 1973) es Licenciado en Administración de Empresas por la UIB y en Empresariales por la Universidad de Palma de Mallorca. En el 2000 entra a formar parte del pleno de la Cambra de Comerç d’Eivissa i Formentera como delegado en la menor de les Pitiüses.

—Es la primera vez que un formenterer asume la presidencia de la Cambra, ¿cómo se llega ahí?
—Yo era vicepresidente primero de la Cambra, hace un año dimitió el presidente y yo asumí en funciones la presidencia hasta que se celebró sesión plenaria y fui ratificado en el cargo. No hubo elecciones; éstas las ha de convocar la Cámara de España y el Govern. Ellos abren el proceso de elecciones y ahora mismo llevamos ya dos años de retraso. De hecho, entre otros motivos, por esta cuestión dimitió el anterior presidente, porque ya llevaba seis años al frente de la Cambra haciendo un buen trabajo, pero veía que no llegaba un proceso de elecciones porque se tenía que hacer la ley balear de Cámaras.

—¿Y cuándo será eso?
—De momento, ahora ésta se ha aprobado ya de forma inicial por el Consell de Govern y pasará al Parlament, donde después de un proceso se habrá de aprobar definitivamente. Será entonces cuando el Govern decida abrir de nuevo el proceso para unas nuevas elecciones y renovar todas las Cámaras de la comunidad.

—¿Qué tipo de gestión ha llevado a cabo en este año de mandado, continuista o renovadora?
—Completamente continuista. Llevábamos seis años con los mismos miembros en el pleno, por tanto no cambian mucho las cosas. Es diferente de cuando abres un proceso de elecciones y se renueva la Cambra. Entonces, la gente nueva que se integra en el plenario puede tener nuevas ideas e inquietudes o proyectos de futuro. Entonces es cuando se empieza de nuevo y se pueden orientar los objetivos en una nueva dirección. No es el caso ya que aquí, de momento, el plenario sigue siendo el mismo y simplemente ha cambiado el presidente. Nuestra actividad se ha visto un poco frenada hasta ahora porque estábamos en un impasse, ya que se había modificado la ley de Cámaras a nivel nacional pero aun no a nivel autonómico. Ahora esto se está cambiando.

—¿Y mientras tanto?
—Mientras tanto, se van haciendo cosas. Estamos haciendo una gran cantidad de temas de formación muy importantes. Una semana atrás hicimos entrega de los premios PICE (Programa Integral de Comercio) con el que estamos ayudando en la creación de nuevos proyectos a personas que no trabajan ni están estudiando pero que tienen inquietud en montar una empresa o quieren volver a trabajar. El PICE consiste primero en una parte teórica y seguidamente, todo el mundo intenta crear una empresa o si ya la tienen, elaboran un plan de crecimiento o consolidación y tienen una asesoría con tutorías personalizadas durante unas semanas y de ahí han salido algunos proyectos.

También organizamos jornadas, como la que tuvo lugar el año pasado donde se trabajó la responsabilidad penal de las empresas a raíz de la modificación legislativa que hubo y que hace que las empresas sean responsables penales, cosa que puede conllevar a la clausura judicial de las mismas llegado el caso (ilegalidades, accidentes,…).

Ahora estamos trabajando en unas jornadas de mediación para que empresas que tengan un conflicto, en vez de acudir a los juzgados, con el gasto económico y de tiempo que esto conlleva, lo que incentivamos es que a través del IMIB (Institut de Mediació de les Illes Balears), del que formamos parte las tres Cámaras de Balears más los colegios de abogados y notarios, las empresas en conflicto encuentren una mediación para solventar sus problemas con más rapidez y menos gasto. Es una fórmula ágil, que ya ha dado buenos resultados y que vamos a promocionar en unas nuevas jornadas este 2017.

—También se establecen colaboraciones y se asesora, ¿no?
—Así es, estamos colaborando con el Ibiza International Film Festival, que se vuelve a relanzar cinco años después. Creemos que es una buena manera de promocionar la isla de Ibiza a través de las películas y pensamos colaborar en la gestión de la administración de este festival. Éste será un punto de partida para, el día de mañana, crear toda una industria cinematográfica tras este festival que abarque inversiones de productores y cineastas y, porque no, fomentar los estudios de cine en Ibiza y hacer crecer una industria que, al fin y al cabo, es una industria de servicios, que no echa humo y que se puede complementar perfectamente con la turística.

—¿Piensa que la temporada turística será tan buena como marcan las previsiones?
—Si, somos bastante optimistas. Nos consta que la planta hotelera abrirá semanas antes que la temporada pasada y ésta se alargará. Algunos países de la cuenca mediterránea continúan con graves problemas tanto políticos como de terrorismo y nosotros nos hemos convertido en un ‘destino refugio’, nos estamos aprovechando de unos turistas prestados y lo que tenemos que conseguir es fidelizarlos y que cuando los países en conflicto puedan salir adelante, y esperemos que sea pronto por el bien común, nosotros seamos capaces de lograr que estos visitantes repitan en nuestras islas otra vez.

—¿No existe cierto temor a morir de éxito?
—La planta hotelera de las Pitiusas en las últimas décadas no ha crecido mucho. Lo que sí que ha habido es una gran reconversión de hoteles de baja categoría y se ha incrementado muchísimo el volumen de hoteles de gran categoría. Esto provoca un efecto multiplicador muy importante, en la calidad del turista que llega y en el gasto que éste desembolsa no solo donde se aloja sino también en los comercios de su alrededor, la oferta complementaria. Esto creo que es muy importante y creo que es el camino que se ha de seguir y se está siguiendo en Ibiza y Formentera.

Es cierto también que existe un problema de vivienda. Se está cambiando la Ley Turística para intentar regular los establecimientos turísticos plurifamiliares con lo que tanto patronales como sindicatos de Ibiza, conjuntamente, nos hemos manifestado públicamente pidiendo que no se regule, sino que se persiga la oferta que se está comercializando turísticamente y que no lo puede hacer. Porque está creando un problema de vivienda a nivel social tanto para los propios residentes como para los trabajadores que vienen de fuera a hacer la temporada y, además, se están saturando las infraestructuras logísticas en los meses punta que es cuando ya tenemos una gran afluencia de gente. No queremos esto; nos gusta desestacionalizar, pero no incrementar la punta de turismo en julio y agosto, que es cuando podemos notar una cierta saturación tanto en carreteras, como en depuradoras, en agua, en seguridad o en todos los servicios complementarios que pueda haber. Nuestro destino tiene que pasar por el incremento de la calidad de nuestros establecimientos, la renovación de la oferta complementaria y la reforma de las zonas turísticas por parte de las administraciones para que estas sean acordes con la inversión que se está haciendo a nivel privado.

—Y la ecotasa, ¿qué hacemos con ella?
—Que conste que nosotros no somos partidarios de gravar con más impuestos a los turistas, pero una vez está creada esta tasa, lo que proponemos es que la pague todo aquel que nos visite. Si se está creando una ley de regulación de la vivienda plurifamiliar turística porque es un hecho que ya se está produciendo, se está reconociendo que de facto que llega mucha gente a las islas que no paga porque se aloja en establecimientos turísticamente ilegales. Nosotros nos ofrecemos como recaudadores de la comunidad y creemos que lo mejor es negociar con puertos y aeropuertos e ir a las administraciones que haga falta, a nivel estatal y europeo, para que nos permitan hacer este cobro directamente en los puntos de llegada como se hace en muchos otros países. Así nos aseguramos que todos los que entren en las islas pagaran estén donde estén alojados. Creemos que se recaudaría más y, además, la administración se ahorraría el personal dedicado a controlar miles de establecimientos hoteleros de la comunidad.

—¿Cree que las Pitiusas seguirán siendo el motor económico deBalears y del país?
—España es, en estos momentos, motor económico de Europa. Dentro de España, el motor económico principal, gracias a los servicios y al turismo, es Balears y dentro de ésta comunidad, el gran motor que está tirando de esta economía son las islas de Ibiza y Formentera. Todos tenemos claro que vivimos del turismo y está claro que la concienciación del empresariado ha de pasar no por el aumento de plazas hoteleras sino por aumentar la calidad de las ya existentes, crecer de forma cualitativa. El gran motor es el sector turístico, ayudado por el sector de la construcción y de la oferta complementaria precisamente por las grandes reformas que se han llevado a término los últimos años. Esto, unido a nuestra fama y prestigio a nivel mundial, hace que seamos un destino de éxito y creo que vamos por el buen camino y que durará mucho tiempo.

—¿Esto cómo se reflejará en la ciudadanía?
—Todo esto se ha de traducir en beneficio para la ciudadanía. En primer lugar, creando puestos de trabajo. Si un establecimiento de tres estrellas con 100 plazas emplea 20 personas, el mismo establecimiento reconvertido en uno de mayor categoría generará posiblemente más demanda de servicios por parte de sus usuarios y se necesitará ampliar de un 50% a un 100 % la plantilla. La tendencia marca que se están creando más puestos de trabajo y cuando estos estén consolidados y se tienda a una estabilidad en el trabajador, éste se atreverá a hacer un consumo mayor que si vive en precario. Si el dinero circula se crea más comercio y, a su vez, más ocupación. Éste es el secreto.

—¿Cuál es la salud del pequeño y mediano comercio?
—Bueno, no es lo que era antes. Ahora hay una fuerte competencia en forma de grandes compañías nacionales e internacionales que han desembarcado aquí. Grandes superficies, grandes supermercados, etc… sólo se puede subsistir con la adaptación y la especialización; llegar allí donde a los grandes no les interesa o no pueden competir, ofrecer pocos productos pero de mejor calidad y con una mano de obra especializada. En esto, la Cambra de Comerç presta su servicio en forma de cursos de formación, asesoramiento de pequeños y medianos empresarios.

—Está, también, el intrusismo.
—Así es y es incluso más peligrosa que las grandes compañías. Yo quiero insistir a las administraciones públicas para que destinen más medios y efectivos a la lucha contra la piratería existente en varios sectores importantes de nuestra economía. Bajo una falsa capa de economía colaborativa se están escondiendo negocios ilícitos sobre los que las administraciones deberían actuar con decisión.

—Finalmente, está el inconveniente de la doble y triple insularidad
—Cierto, a veces es un aliciente para que vengan visitantes a nuestras islas a disfrutar de nuestras aguas, nuestro buen tiempo y nuestro paisaje, pero es un problema, ya que cuesta mucho vivir aquí, empezando por la vivienda, la cesta de la compra, los servicios, la construcción, los hoteles...Cuestan mucho los materiales, pero es que hasta algunas frutas doblan el precio a causa de los costes del transporte. Se está luchando y se ha de luchar más para que nos llegue una financiación justa desde Madrid. Hemos de ser solidarios respecto a otras comunidades, pero tiene que haber criterios de compensación de los costes de insularidad que tenemos.