Nacido en el barrio de la Marina de Vila en 1852, Pere Escanellas fue el primero de los siete hermanos de una familia numerosa cuyo padre era mestre d’aixa que tenía una carpintería en la calle de sa Riba.

El mayor de los Escanellas luchó contra su humilde destino y obtuvo una de las becas que ofrecía la Diputación Provincial para aquellos estudiantes de las Pitiusas de familias pobres que querían estudiar Magisterio.

En 1878, el Ayuntamiento d’Eivissa lo nombró profesor del Colegio de Segunda y su primer destino tras aprobar las oposiciones fue en Sant Francesc (Formentera) donde dirigió la primera escuela de niños. En 1883, logró el traslado a Ibiza y fue nombrado maestro en propiedad de la escuela de Sant Josep, a donde se trasladó junto a su familia.

Pere Escanellas dedicó toda su vida a la enseñanza pero también al periodismo y a la poesía hasta el punto de ser considerado uno de los mejores escritores ibicencos en lengua catalana del siglo XIX. Buena parte de su obra fue escrita durante sus años de docencia en Sant Josep, donde construyó la casa en la que también daba las clases a los alumnos.

Su exitosa vida profesional no se correspondió en cambio con el infortunio que le tocó vivir tras su matrimonio en 1880 con Josepa Serra, según señala la Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera. Francesca, su hija primogénita, murió a los 18 días de su nacimiento, Josepa a los 15 años, Pere a los 51, Vicent a los 9 meses y Vicenta a los 2 años. Solo uno de sus hijos, Francesc, sobrevivió y pudo cuidar a su padre durante los últimos años de su vida.

En 1922, después de más de siglo dedicado a la enseñanza, se le concedió la jubilación. El maestro siguió viviendo en la casa de Sant Josep donde impartía la docencia junto a su hijo Francesc, que fue nombrado secretario del Ayuntamiento de la localidad.

El 18 de agosto de 1927, el pleno de Sant Josep acuerda dar el nombre de Pere Escanellas a la calle principal del pueblo por los servicios prestados y la labor cultural realizada.

Escanellas, cuyo retrato está expuesto en la sala de plenos del Ayuntamiento de Sant Josep de donde es también hijo predilecto, murió el 23 de abril de 1936 y fue enterrado en el cementerio de Ibiza y llevado a hombros por exalumnos y vecinos de Sant Josep.

Calle de Pere Escanellas

La afilada pluma del periodista Escanellas

Escanellas inició en 1874 su actividad periodística en la dirección del semanario satírico La Peladilla del que solo pudieron editar los cuatro primeros números. El motivo de la censura y la supresión de la publicación fue el apelativo ‘calamars’ para nombrar a los liberales ibicencos.

Después de esta experiencia, fundó el semanario independiente El ibicenco, cuya redacción estaba en la librería de Josep Verdera en la plaza de Sant Elm.

También en sus poemas afilaba su pluma a la hora de lanzar sus críticas en composiciones satíricas de estilo humorístico donde criticaba a los ‘cuneros’, es decir, políticos nacidos fuera de las Pitiusas que eran impuestos en las elecciones.

Aparte de estos poemas satíricos, en su extensa producción poética narra los hechos históricos más importantes ocurridos pero también dedica parte de su producción literaria a llorar la muerte de sus hijos o a los naufragios acaecidos en el mar pitiuso.