La visita de la secretaria de Estado de Turismo a Ibiza dejó un poso de decepción entre los medios de comunicación convocados a una reunión a tres bandas de la que todos esperábamos algún titular sobre la reanudación de un proyecto que duerme el sueño de los justos desde hace más de un lustro.

Rodeado de una aureola de solemnidad por la visita de una autoridad nacional a la isla, el encuentro estuvo acompañado de palabras amables por parte de los socialistas Rafa Ruiz y Vicent Torres que chirriaban especialmente tras los reproches lanzados públicamente hace apenas dos semanas contra el diputado popular José Vicente Marí Bosó acerca de quién era el verdadero responsable del retraso de las obras.

Ni hubo noticia ni visita al interior de un conjunto patrimonial semiabandonado después de que las obras quedaran paralizadas en el año 2011, primero por el descubrimiento de restos arqueológicos y, después, por la grave crisis económica.

El solemne acto se limitó a unas declaraciones de los tres dirigentes de las que destacaron el elegante y sutil tirón de orejas que Matilde Asián dio al presidente del Consell por no haber enviado todavía al Ministerio las modificaciones dictadas por la Ciothupa al proyecto. «Yo pensaba que ya se habían trasladado», admitió un apurado Torres.

Pese a las buenas palabras, el fin de las obras del Parador no parece cercano.