María José Estarellas mostrando folletos para proteger la posidonia, junto al activista Marc Tur.

La activista afincada desde hace décadas en la isla María José Estarellas se ha convertido en el azote de todos aquellos que dañan el ecosistema de la isla. Sus denuncias han servido para impulsar el futuro decreto de Posidonia o, más recientemente, para que el Ayuntamiento de Sant Josep ordenara la retirada de las concertinas (alambres con púas) instaladas en parte del litoral de Porroig.

—Muchas de sus denuncias y críticas van contra las instituciones. ¿Le sorprende que le concedan este galardón?

—Me sorprendió agradablemente porque nunca me lo habría imaginado. Es un empujón para seguir pero queda muchísimo por hacer. Este año seguiremos desamparados. Estoy muy agradecida, pero eso no quita para que piense que las instituciones tienen que hacer un esfuerzo grande. Ahora que estoy más metido en el tema de leyes y competencias, reconozco que tienen una situación muy difícil. Estamos en medio de una partida de ‘ping pong’, pero hay político con una gran disponibilidad y que están haciendo todo lo que pueden como Miquel Vericad, aunque no tienen una varita mágica. Reconozco que el peso de la burocracia es terrible y lento, pero si se quiere, se puede.

—Lo han demostrado ustedes, un grupo de activistas, con el tema de las concertinas en Porroig...

—Fíjate lo que se puede hacer, y éramos cuatro personas. Vivimos en un lugar muy bonito y quienes queremos esta isla nos tendríamos que encontrar con la obligación de protegerla de forma pacífica. Que se pase de la protesta a la acción para cambiar las cosas porque nos están privatizando la costa. Queremos promover un efecto contagio. Con muy pocas personas se puede hacer mucho.

—¿Cómo se presenta este verano en lo que se refiere a saturación y riesgos ambientales?

—Estamos preocupados por la situación de este verano porque es difícil combinar la protección del medio ambiente con estas grandes oleadas de gente, que comprendo porque vivimos del turismo y no estoy en contra. No somos talibanes ecologistas medio locos, simplemente considero que no se puede promocionar algo que se está dejando destruir. Veo en las pantallas de las ferias de turismo que promocionan los flamencos, el Parque Natural de ses Salines, la posidonia, pero esto que promocionan hay que protegerlo. Me parece incongruente.