Un sofá, una mesa para comer, un hornillo para cocinar, una montaña de motos desguazadas y hasta una pequeña barca. Son algunos de los elementos que componen el asentamiento pertrechado a escasos cien metros de la torre de Can Pere Mosson, en Sant Llorenç.

Hace cuatro meses la torre refugio de piedra de tres siglos de historia se vino abajo por un temporal. El abandono de la propiedad es evidente para todo el que pasa por la zona. Los accesos a la finca están precintados pero algunas puertas y vallas han sido reventadas.

En uno de los laterales, junto al huerto y aprovechando una casa de aperos, se ha levantado un pequeño campamento. A unos diez metros y camuflados entre los arbustos se ha instalado otra pequeña tienda de campaña y un refugio con un sombrilla.

Agentes de la Policía Local de Sant Joan se acercaron hasta el lugar ayer por la mañana y, pese a no encontrar a nadie, comprobaron que había «objetos personales, ropa y comida fresca, por lo que tiene toda la pinta que hay una persona ocupando este espacio», señaló el teniente de alcalde Santi Marí, quien señaló que intentarán ponerse en contacto con la propiedad para informarles de la situación. «Si los propietarios quieren poner una denuncia, el Ayuntamiento actuaría en base a ella», destacó Marí.

Un día antes el nuevo morador de la finca de Can Pere Mosson aseguró que tiene el permiso de los dueños de la vivienda para establecerse en su terreno.

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«No sabemos la fecha, pero lo que sí está constatado es que la torre estaba antes que la iglesia. Recuerdo que siempre nos contaban que aquí era donde se celebraba la misa», recordaban Ernesto Guasch y Pere Ferrer, antiguos propietarios de la vivienda en la que habitaban hasta hace apenas dos años vivieron en la casa. Can Pere Mosson fue vendida a finales del año pasado a una sociedad.

Can Pere Mosson es una antigua casa payesa que se encuentra en el mismo camino que lleva al poblado de Balàfia y que parte desde la iglesia de Sant Llorenç. La finca contaba con una torre refugio de tres plantas, una edificación cilíndrica que se sumó a las dos torres existentes en el poblado de Balàfia, que datan del siglo XV.

El conjunto del poblado de Balàfia y la torre de Can Pere Mosson están protegidos desde 1996, año en que fueron declarados Bienes de Interés Cultural (BIC).

LA NOTA

Pendiente de la reconstrucción

La reconstrucción de la torre refugio de Can Pere Mosson podría suponer una inversión de unos 500.000 euros, según la primera estimación realizada por los técnicos. El conseller d’Educació, Patrimoni i Cultura, David Ribas, visitó la zona el día después de que PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA adelantara su derrumbe. «Visto como está, nos planteamos si es posible su reconstrucción. No hablamos de una rehabilitación, sino de una actuación más seria, una reconstrucción que conllevaría una inversión muy fuerte. A partir de los informes técnicos analizaremos si es viable», señaló Ribas en un encuentro con los medios de comunicación en Can Pere Mosson.