La carretera que conecta Vila y Santa Eulària es la vía más colapsada de la isla. Los conductores que circulan por ella se ven condenados a soportar atascos continuos entre las siete de la mañana y las ocho de la noche. Unos colapsos que se vieron incrementados el mes pasado por el cierre de la travesía de Jesús y la instalación de la mini rotonda en Servicios Palau que ralentizaba todavía más el tráfico.

La llegada de los primeros turistas y trabajadores de temporada durante la Semana Santa ha provocado que el tráfico haya aumentado en los últimos días y los atascos se produzcan con más asiduidad y la cola llegue mucho más allá del cruce de Can Clavos. Una situación que, sin embargo, no es exclusiva de la carretera de Santa Eulària ya que en otros puntos de la red viaria ibicenca también se producen colapsos, aunque sólo en ciertos momentos.

A primera hora de la mañana, el acceso a Vila desde el segundo cinturón de ronda sufre cada día una gran acumulación de vehículos, tanto los que vienen desde el aeropuerto y quieren conectar con la carretera de Sant Antoni como los que bajan de Santa Eulària y quieren acceder a Vila. A esta hora, en la rotonda de Can Sifre también se registran atascos, sobre todo por parte de los vehículos que acceden a la glorieta desde la carretera de Sant Josep.

El Consell d’Eivissa espera iniciar las obras de remodelación de la carretera de Santa Eulària antes de que finalice el año, pero todavía no ha iniciado el proceso de licitación de las mismas.