Fernando Fernández (Granada, 1957) cree que es el momento de exigir las mejoras salariales que quedaron congeladas durante los años de la crisis económica en diversos sectores laborales. El secretario general de UGT en Ibiza admite que los sindicatos han perdido capacidad de movilización, pero recuerda que, al menos en las Pitiusas, siguen trabajando para conseguir que la riqueza que se genera repercuta al fin en los trabajadores.

—Hace poco me decía que quizás este sea el verano del colapso. ¿Qué tipo de colapso y qué motivos le llevan a pensarlo?
—El colapso que veo es en infraestructuras. Ibiza es una isla que admite un número de habitantes determinado. En los últimos años hemos llegado a momentos puntuales en los que no se podía circular ni por la ciudad, ni por los pueblos ni por las carreteras. No soy quién para ponerle cuotas a los cotos, pero alguien algún día tendrá que tomar nota. Las comunicaciones son insuficientes habiendo mejorado las infraestructuras y hay una gran saturación de vehículos. Ibiza, además, tiene un número de plazas turísticas legales y hay un número de plazas ilegales y alguien tendrá que tomar cartas en ese asunto y limitar el cupo. Si sigue creciendo, ¿dónde vamos a vivir los residentes? Por ahí puede venir el colapso.

—Las leyes de Vivienda y Alquiler Vacacional que ultima el Govern resolverán el problema? ¿Habrá herramientas y personal para perseguir la oferta ilegal?
—Hay que poner unos límites, no toda la vivienda puede ser turística y no podemos abrir el campo para que todo el mundo pueda legalizar su vivienda. El propio Govern hizo delimitaciones de zonas turísticas de apertura de los comercios. Hay zonas que pueden abrir en verano y no pueden abrir en invierno, pero la mayoría de ayuntamientos no hizo esta delimitación. Yo creo que así se eliminaría una gran parte de la oferta ilegal que se está produciendo, a lo mejor no tendríamos camas suficientes para todos nuestros visitantes. Así se podría desestacionalizar la temporada. Que en vez de tres meses fuera de siete, que no esperasen a hacer las reservas por internet a última hora sino que hubiera un cupo y tuvieran que reservar con un año de antelación para venir a Ibiza. Este podría ser el camino para delimitar el campo, tener vivienda residencial y abaratar el alquiler.

—El problema de la vivienda en Ibiza ya es conocido en toda España. Han surgido plataformas de afectados y se han hecho movilizaciones. ¿Los sindicatos no se han mantenido un poco al margen de este drama habitacional?
—Los sindicatos protestamos por todo, unas veces se nos ve y otras veces no. No estamos dentro, pero se apoya a las plataformas, también a los afectados por los alquileres. No me quiero poner medallas, pero yo he sido uno de los primeros que lleva muchos años denunciando la falta de vivienda en los hoteles. He denunciado que en estos establecimientos desde hace años eliminaban dependencias de personal para transformarlas y los trabajadores tienen que buscarse una vivienda. Y por otro lado están las mafias instauradas en Ibiza que están copando el mercado. Al final van a pagar justos por pecadores. El Consell va a poner informadores para vigilar y se actuará contra los propietarios, que muchas veces alquilan sin saber que luego se realquila turísticamente. Ahí está la mafia. A veces se alquila la vivienda por un precio módico, en cambio el que lo está explotando turísticamente se va a ir de rositas. No habría que actuar contra el dueño de la vivienda, sino contra el que la está realquilando. Ahí están los beneficios y a ellos es a quienes hay que perseguir. Sabemos dónde está el problema y hay que atacarlo.

—¿Esta situación va a provocar falta de mano de obra y de profesional cualificado en la isla?
—Es cierto que la falta de vivienda no anima a los trabajadores con una experiencia determinada a venir a la isla porque el precio de la vivienda es desorbitado. O eres Ferran Adrià o alguno de estos que gana millones y puede alquilar lo que quiera o un trabajador cualificado no va a venir a trabajar si no le es rentable. Esto te hace pensar mal y te cabrea porque estás viendo anuncios cada día de ofertas de empleo, y verás que se necesita friegaplatos con experiencia y dos idiomas. ¿De verdad es necesario? Faltan profesionales, no digo que no, pero cada año vemos cómo las empresas cambian de plantilla. Si queremos profesionales habrá que dar a esos trabajadores la posibilidad de que repitan y adquieran experiencia. Algunos empresarios están abusando de los chavales que vienen de prácticas, de escuelas de hostelería o del extranjero. Lo que no puede ser es que ocupen el puesto de un trabajador. Si cada año por un puesto de trabajo pasa un trabajador y otro y otro. La experiencia se devalúa. Antes venías a trabajar a un hotel y estabas el tiempo que querías. Ahora se va huyendo de la figura del fijo-discontinuo y te dejan de llamar para la siguiente temporada.

—¿Que se alargue la temporada también redunda en una mejora de las condiciones de contratación? ¿Cómo ha evolucionado la cifra de fijos-discontinuos en Ibiza?
—La estabilidad en los contratos en los dos últimos años ha evolucionado de trabajador eventual a fijo-discontinuo porque se ha puesto la espada de Damocles encima de los empresarios. Desde el Govern balear a través de las campañas de inspección de trabajo vinieron a controlar y la gente empezó a sopesar la situación y decidieron hacer fijos-discontinuos. La temporada siempre es buena, cuanto más larga mejor, y para los trabajadores eventuales aún mejor: si la temporada es más corta trabajarán menos, si se abriera la temporada a siete meses pues casi todos los trabajadores de Ibiza por tiempo trabajado y vacaciones no disfrutadas pues siempre cobrarían prestaciones. Los contratos temporales yo creo que se alargarán en el tiempo. No quiero hacer previsiones, pero creemos que la temporada va a ser bastante buena. La de 2016 ya se notó y creo que vamos ganando algo. A ver en un año o dos cómo ha evolucionado.

—Muchos opinan que otra de las causas del problema habitacional son los bajos sueldos. ¿Por qué la riqueza que se genera en Ibiza no llega a la clase trabajadora?
—Cuando vemos el lujo, los megayates, las mansiones, todo esto va a una economía sumergida. Mucha gente de esta ya viene con sus plantillas o contratan cualquier servicio externo. Ibiza ha pegado un salto de calidad impresionante en los últimos años. La transformación de hoteles de tres estrellas en cuatro o cinco, esa mejora ya está regulada en convenio. Un empleado de un 3 estrellas no cobra lo mismo que uno de 4 o 5. Pero los salarios sí es verdad que se han quedado anticuados. Cuando en 2014 firmamos este convenio, que finaliza el año que viene, estábamos inmersos en una crisis brutal con 5 millones y medio de parados y los sindicatos firmamos conscientes de la situación que había. Se firmó un convenio para que no perdieran poder adquisitivo, pero fue de tránsito por la crisis. Si ahora hemos salido de la crisis, en el próximo convenio tendremos que hacerlo repercutir para que los trabajadores tengan unos salarios dignos. Ese va a ser el objetivo para el próximo convenio de hostelería. Por ejemplo en el de comercio hay una subida del 6,5 % durante los próximos tres años respecto al anterior, que venía congelado. A nivel nacional pocos convenios se han firmado con esa subida. Vemos grandes restaurantes y grandes chefs con estrellas Michelín en grandes hoteles, y luego los empleados van a trabajar por lo que marca el convenio. Oiga usted, un poco de respeto para los trabajadores. Un gran chef se ha molestado porque los sindicatos decimos que los becarios tienen que cobrar. Los becarios están aprendiendo pero usted está haciendo negocio con el trabajo de esos becarios. Eso sí que es una sinvergonzonería. Esperemos que esto no esté pasando en Ibiza.

—¿Qué debe hacer un trabajador explotado que no exige mejoras por miedo a perder su puesto de trabajo?
—Nosotros llevamos tiempo exigiendo que se derogue la reforma laboral de 2012 y la anterior de Zapatero. Han sido dos reformas que no han generado empleo de calidad. Es cierto que va subiendo el número de contratos, pero con tres trabajadores para un puesto. Lo segundo es que demonizan la negociación colectiva y la ponen en manos de los empresarios. Si se da la potestad a la empresa de negociar trabajador-empresa, a cada uno le va a hacer un precio y lo que van a hacer es negociar a la baja. Yo todavía estoy esperando que con todas las subidas de categoría que está habiendo haya un empresario que diga, si el convenio marca una subida de 1,25%, yo os voy a subir un 5% porque el año pasado tuve unos beneficios de ‘x’. Ninguno. El Amancio Ortega ganó 400 y pico millones y resulta que los trabajadores de Zara, Inditex y demás tienen unos salarios de risa. Pues podría repercutir un 20% de esos beneficios en los trabajadores para que estén contentos... Y un huevo. Y luego si caes enfermo te ponen de patitas en la calle con 20 días por año, como todos los despidos... Si le das esa posibilidad al empresario es una reforma laboral nefasta para todos los trabajadores. Lo digo porque nos han llegado denuncias, incluso de alguna empresa de transportes que obligaba a sus conductores a poner el gasoil de su bolsillo. Y si se paraba el autobús, ‘búscate la vida, no llames a nadie’. ¿Hasta dónde vamos a llegar? El despido no puede ser tan fácil porque muchas veces se despide por capricho.

—Los sindicatos han perdido poder de convocatoria y movilización. ¿No cree que los trabajadores les necesitaban más que nunca durante los años de recortes?
—Es cierto que quizás hemos estado un poco dormidos, teníamos que habernos movilizado pero veníamos de años con 5,5 millones de parados. ¿Hacemos una huelga general en esas circunstancias? A lo mejor lo tendríamos que haber hecho y quizás nos hemos apoltronado. A nivel local el trabajo se hace, pero a nivel nacional quizás nos hemos equivocado y teníamos que haber sido más fuertes. 3,5 millones de parados todavía son muchos y hay un número importante de trabajadores que son pensionistas sin paga con 50 años.

—¿En qué medida esperan mejorarlo el convenio de hostelería?
—En un 20% [risas...]. Mucho, esperemos mejorarlo mucho porque la realidad es otra. La subida de los convenios la marcan los trabajadores. Depende del negociador, en este caso los responsables sindicales. Si tienes un sector difícil de movilizar o poco sindicado, la negociación no es fácil. Pero, a parte, nos deben una porque hace 4 años cuando firmamos el convenio se tuvo en cuenta que estábamos en crisis y fuimos prudentes. Ahora la prudencia no se va a volver avaricia, pero tendremos que saciarnos.

—¿El derecho a la huelga va camino de extinguirse?
—Los trabajadores están menos predispuestos a la movilización. Convocar una huelga si no la controlas, para encontrarte solo detrás de la pancarta es difícil. Hay que medir mucho cuándo se convoca una huelga y con quién cuentas. Por ejemplo la movilización de los trabajadores de limpieza de KLE en el aeropuerto fue una sorpresa porque la plantilla estaba dividida. Pero cuando el día de la huelga que has convocado está la totalidad de la plantilla detrás de la pancarta, eso te da ánimo a decir, hostia a lo mejor los que estamos equivocados somos nosotros que no llegamos a convocar una huelga. Pero los sindicatos las miden y buscan el momento. Si este gobierno no hace caso a un acuerdo marco de negociación colectiva patronal y sindicato, tampoco deroga la reforma laboral y siguen haciendo caso a la comisaria europea, la señora Lagarde, entonces mejor momento y causa para convocar una huelga general no habría. Pero eso no me toca a mí... Me tocaría conseguir que los trabajadores de Ibiza y Formentera la secundaran.