Vista general ayer por la mañana de la feria Eivissa Medieval plagada de puestos de todo tipo y turistas y residentes.

Ayer domingo se clausuró una nueva edición de la feria Eivissa Medieval con un gran éxito de público que soportó estoicamente las altas temperaturas. Y es que durante la mañana de ayer, sólo los muy valientes se atrevieron a subir a la feria sin gorra o sombrero y vestidos con pantalones largos y camisa.

La mayoría lo hizo con ganas de ver la gran cantidad de puestos de todo tipo que llenan las calles de Dalt Vila y las distintas zonas que forman parte de la feria, incluyendo la calle Anibal, conocida popularmente como calle de las farmacias. Aquí se ubican año tras año los artesanos de Ibiza con sus trajes de payeses mientras elaboran en directo distintos productos artesanales. Algo bonito y con cierto aire folklórico que, sin embargo, chirría a muchos turistas llegados de fuera de la isla. «Soy de Sevilla, he venido hasta aquí hoy porque me han dicho en el hotel que aquí hacían un mercado medieval muy bonito pero, lo siento y que me perdonen, no sé muy bien qué pintan estas personas aquí si no tienen nada que ver con la Edad Media. Es una pena, pero creo que esto lo tienen que cuidar más», aseguró ayer Antonio Gil, vecino de Utrera y llegado en viaje del Imserso junto a su mujer Juana.

No fue el único visitante de la feria que se quejó «de la falta de rigor histórico de Eivissa Medieva» en lo que hace referencia a los puestos. «En general, está bastante bien pero si no se quiere estancar y convertirse en un vulgar mercadillo creo que tienen que cuidar mucho más los productos que se ofrecen y que éstos estén relacionados con la época y no vender gominolas, aceitunas, chocolates o gofres», explicó Pau, barcelonés de visita con su mujer Agnès, y sus hijos Marc y Gerard. Precisamente, esta joven natural de Badalona aportó una posible solución: «Tendrían que ser más cuidadosos con la ambientación y eso pasa porque, como pasa con otros mercados medievales, se pida una explicación a cada vendedor de sus productos y se les obligue a ir vestidos de época».

Además, otros, más puristas, criticaron que los pasacalles y las actividades no se centren en un período concreto de la historia «para que la feria Eivissa Medieval pueda diferenciarse de otras muchas que hay por España». Este era el caso de Mª Carmen, profesora de Historia en Madrid. «Cada vez hay más mercadillos de este tipo por toda España y todos son iguales porque mezclan torneos medievales a caballo, zocos árabes, cetrería, zancudos, médicos, buhoneros o monstruos, con personajes surgidos del Renacimiento y eso es una barbaridad. Por eso, yo creo que Ibiza debería aprovechar sus murallas renacentistas para enfocarlo y centrarse únicamente ahí para que todo fuera más potente».

Los vecinos no se involucran

Mientras, otros muchos se lamentan de que los ibicencos no se involucren prácticamente nada con su feria. Por ejemplo, a Luis José, turista de Teruel y fiel defensor de la fiesta Bodas de Isabel de Segura que se celebra en su ciudad, le llamó especialmente la atención que no haya prácticamente nadie vestido con traje de época por la calle como en otras ciudades y se extrañó de que el Ayuntamiento de Ibiza no haga actividades para potenciarlo entre sus vecinos. «Yo conozco otros mercados medievales donde se organizan concursos a los mejores trajes para adultos y niños, espectáculos, bailes para que la gente acuda, grandes cenas y aquí, por lo visto no hay nada, solo conciertos, alguna obra de teatro o títeres... pero actividades para que participen los vecinos... ninguna».