La ibicenca Ana Costa se define como una psicóloga colegiada «atípica» que se ha inclinado por la rama más positiva de esta ciencia, más parecida al coaching destinada a encontrar las fortalezas del individuo para realizar un trabajo más preventivo de una forma menos clínica.

Confiesa que hace más de 30 años para pagarse los estudios y aunque allí continúa hace unos años se reconcilió con su profesión tras una crisis personal que superó gracias al yoga, la meditación y el mindfulness, y recuerda que «me ayudó tanto que esto lo tengo que decidí ponerlo al servicio de las personas, y fue cuando tomé la decisión de trabajar de psicóloga».

En ese momento estaba surgiendo con mucha fuerza el mindfulness y las llamadas terapias de Tercera Generación. Al descubrir que el mindfulness es lo que le da la mano a la meditación y a la psicología comenzó a formarse con los mejores y se especializó en ello. Con el tiempo nació su proyecto ‘zonamindful.com’ para acercar este «modo de vivir» a las personas que lo necesiten.

Costa señala que «trabajo sobretodo con mujeres que están muy atareadas, estresadas, que se han olvidado de sí mismas que no encuentran tiempo para ellas y para cuidar de sí mismas. Trabajamos temas como la autoestima o la asertividad, etc. Les doy pautas y estrategias para que puedan mejorar sus vidas».

Además la psicóloga afirma que «el alto estrés y la baja autoestima esta totalmente relacionado porque cuando se tiene muy baja autoestima cuesta mucho decir que no por miedo al rechazo o a que no te quieran y entonces te sobrecargas de trabajo. Por otra parte, cuanto tienes baja autoestima no te cuidas, no tienes límites sanos, no sabes parar. Esto genera mucho estrés y como no llegas a todo te sientes muy inútil porque todo te sale mal y esto daña la autoestima aún más». Y aunque no ha hecho un estudio al respecto sabe por experiencia propia que esto en Ibiza con el comienzo de la temporada es aún peor. «No existe nada más que trabajar. Y esto afecta la autoestima de todos pero a las mamis con niños pequeños aún más. Lo pagan ellos y tu salud».

Para crear un oasis en esta espiral rutinaria se hace hueco el mindfulness que ella lo define como « la capacidad que tenemos todos de prestar atención al momento presente pero sin juicio y con aceptación. Lo que es, es. Nacemos con ello pero la rutina de la vida actual hace que lo perdamos y hay que recuperarlo con la práctica. Por ejemplo: para el niño cuando está jugando no existe nada más que ese momento». Los adultos siempre tenemos en la mente algo que pasó o algo que pasará pero casi nunca logramos estar en el presente que es lo único que existe. Esto tan cotidiano tiene su lado oscuro. Costa advierte que «siempre estamos sufriendo por algo que pasó, que muy agravado, te lleva a una depresión o preocupándote por lo que pasará y todo lo que tienes que hacer, que con el tiempo y extremadamente, te lleva a una ansiedad».

Enfocando la atención en el presente y a soltar esto se evitan los dos problemas psicológicos más importantes. Por eso la psicología lo hizo propio.

Hay dos maneras de practicar este «deporte»: la formal, que es reservarse un momento del día esto como si se tratara del gimnasio y que se realiza escuchando audios guía. Y la informal, durante la vida cotidiana lo practicas, por ejemplo cuando te lavas los dientes prestas atención al sabor de la pasta y al contacto con el cepillo. La psicóloga recuerda que «siempre tu mente se va a ir, el objetivo es darte cuenta que se te has ido y volver. Es como un deporte para lamente, un spa mental». Sostiene que los beneficios se ven en muy pocos meses «la mente se va menos y la concentración aumenta, te vuelves más paciente, te das cuenta de que tus pensamientos no eres tu y al verlos a la distancia los puedes dejar pasar como si fuera una película. Te tomas las cosas de otra manera gracias a la distancia».

Con todo esto Ana Costa no ha dudado en dejar consejos a los lectores para afrontar y sobrevivir a la temporada, además de que en su web se puede contactar con ella y aprovechar un curso gratuito.

1 Primero lo más importante. Es de vital importancia que cuidemos nuestra alimentación al máximo. También es fundamental beber mucha agua y mantenernos bien hidratados. es muy importante dormir las horas suficientes y descansar al máximo.

2 Nuestra casa debe ser un remanso de paz. Si al salir del trabajo y llegar a casa para descansar, nos encontramos de nuevos sumidos en el caos más absoluto, nuestro descanso será imposible. Por eso es importante que nuestra casa sea tranquila, silenciosa y que esté minimamente ordenada.

Su función, sobre todo durante la temporada, debería de ser la de servirnos de refugio relajante.

3 Realizar pausas frecuentes.

El tomarnos unos pocos minutos de descanso cada dos o tres horas nos ayudará a no sobre-saturarnos. No es tanto que sean pausas muy largas, sino que nos acordemos de vez en cuando de parar un poco para “tomar aire” y poder continuar después mejor. Propongo el EJERCICIO STOP que consta de 4 pasos:

1) S- De Stop. Pararse y dejar de hacer lo que se esté haciendo por unos pocos segundos. 2) T- De Tomar aire. Realizar unas cuantas respiraciones lentas y profundas. 3) O- De Observar. Observar cómo estamos, cómo nos sentimos, qué pensamientos y emociones tenemos en este momento, qué sensaciones en nuestro cuerpo. 4) P- De Proseguir. Continuar con lo que estábamos haciendo.

4 Aprender a desconectar totalmente cuando estemos fuera del trabajo. Es importante para nuestra tranquilidad que lo soltemos todo y lo dejemos ir, cuando nuestro turno acabe. No debemos estar estar continuamente hablando del trabajo y volviendo una y otra vez a él, si ya no estamos allí.

5 Realizar una cosa detrás de otra y solo una cada vez.

Nuestra atención solo puede estar focalizada al 100 % en una sola cosa cada vez, y pedirle a nuestro cerebro que se centre en varias cosas y, además, en muy poco tiempo, es realizar un sobreesfuerzo que no va a compensar para nada el resultado. aprender a estar AQUÍ y AHORA con lo que estemos haciendo.

6 Desapegarnos y no implicarnos personalmente. Nada es tan tremendo y tan importante como a veces nos parece. Todos podemos tener un mal día. Entenderlo y no darle demasiada importancia a los pequeños conflictos o fricciones que puedan llegar a surgir en nuestro trabajo, nos puede ayudar mucho a llevarlos mejor. No debemos tolerar insultos, amenazas o faltas de respeto. En esos casos, ser asertivos y expresarle al cliente amablemente que estamos para ayudarle y que meremos un trato respetuoso, suele ser suficiente. Y, si no es así, siempre podemos indicarle que le atenderemos en cuanto esté más tranquilo.

7 Poner límites sanos y a saber cuándo las demandas externas nos sobrepasan. Si sentimos que no podemos más y que la situación nos va a desbordar de un momento a otro, podemos y debemos pedir ayuda. .

8 Intentar ver el lado positivo de nuestro trabajo. Cuando nos sintamos sobrepasados y desanimados, darle un sentido positivo a nuestra actividad y buscar ese aspecto que nos ilusiona y hace subir nuestra motivación, nos puede ayudar mucho a sentirnos mejor. También puede ayudarnos el conectar con nuestros «por qués», el motivo por el cual estamos realizando este trabajo.

9 Aceptar que la temporada es, como su nombre indica, una situación temporal. Como todo, esto también pasará. Muy pronto estaremos diciendo sorprendidos lo rápido que pasó la temporada de 2017.

10 Practicar mindfulness. Consiste en aprender a vivir en el momento presente, a aceptar la realidad tal y como es, y a no dejarnos arrastrar por nuestros pensamientos y emociones, algo que en momentos de mucho estrés, suele ocurrir y es lo que más incomodidad y malestar nos produce. Aprender a autorregularse.