Diez días después de que se restringiera el acceso a los coches a los acantilados en platges de Comte y se limitaran los espacios de aparcamiento en la zona, todavía son muchas las personas que acuden en coche y no respetan las prohibiciones de aparcamiento e, incluso, estacionan en la misma calzada con el peligro que conlleva para la circulación. En este sentido, se ha convertido en habitual ver coches mal aparcados casi cada día, incluso ocupando las plazas reservadas para minusválidos. El Ayuntamiento de Sant Josep es consciente de esta realidad y la Policía Local está actuando «en consecuencia», es decir, sancionando a quienes están mal aparcados. Por el momento, no tienen datos concretos de cuántos coches han multado. Con el objetivo de que la restricción de coches se cumpla, el Ayuntamiento de Sant Josep reforzará la señalización la semana que viene y aumentará la presencia policial en platges de Comte. Sobre si se plantean instalar un control de acceso o barrera con personal para controlar la afluencia de coches como ya ocurre en cala Salada, desde el Consistorio explicaron que «de momento» intentarán hacer cumplir la restricción con el refuerzo de las señales y más control policial. «Si fuera infructuoso ya veríamos qué otras medidas se podrían llegar a tomar», precisó una portavoz del Consistorio. Desde el Ayuntamiento de Sant Josep aseguraron que el hecho de que la gente aparque en sitios indebidos en esta playa es una «cuestión de civismo que esperamos que se solvente con el refuerzo de la señalización».

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En los acantilados de esta playa podían aparcar 300 coches y ya el año pasado se produjeron algunos desprendimientos de rocas, además de la caída de un vehículo en la misma playa. El pasado 18 de mayo el Ayuntamiento de Sant Josep cerró al tráfico esta zona de la playa y habilitaron a la izquierda de la carretera un terreno de 26.000 metros como aparcamiento. Además se ha reforzado el transporte público para acudir a la playa. El Consell d’Eivissa ha programado un 70% más de conexiones de autobús para conectar esta playa con Sant Antoni. La línea, además, pasa de siete a 12 frecuencias.

El objetivo de esta medida es proteger el entorno y aumentar la seguridad de las personas, según recordaron desde Sant Josep y el Consell d’Eivissa. Además de esta playa, este verano el acceso en coche está limitado también en cala Salada y Benirràs.