Reivindicaban en la entrevista del pasado jueves a PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA «la fiesta y el buen rollo». Decían que a día de hoy «hay que dejarse llevar por la buena música, la paz y el amor porque la gente está muy tensa últimamente». Y eso fue lo que regalaron en el concierto que ofrecieron esa misma noche en el Jardín de Las Dalias: toneladas y toneladas de buen rollo, buena música, paz y amor. Juanito Makandé (Radio Makandé) y El Canijo de Jerez (Los Delincuentes) son los dos grandes amigos que, sumergidos en su proyecto Estricnina, inauguraron la temporada de conciertos del conocido establecimiento de Sant Carles al que acudieron cerca medio millar de personas que no se quisieron perder el acontecimiento musical.

Como en todos sus conciertos, los dos cantantes gaditanos aterrizaron como dos astronautas sobre el escenario a la hora prevista. Después arrancaron con Estricnina, que «es un veneno matarratas contra tí, en altas dosis peligrosa para tí», como reza la letra de la canción. Un tema con el que los cientos de personas que les esperaban en el Jardín de Las Dalias conectaron con la alegría de los músicos y se arrancaron los primeros bailes.

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Después no faltaron sus conocidos temas Oye Mujer, De los Matorrales (canción de Los Delincuentes), el homenaje a Miguel Benítez o El Rey de Regaliz. Sin embargo, mención especial para el momento en el que interpretaron su personal versión del conocido tema Salir de Extremoduro. Saltos (y algún empujón en las primeras filas al más puro estilo de concierto ska o punk), bailes, y la letra al unísono hicieron disfrutar al escenario y sus asistentes de la pasión por la música.

Juanito Makandé y su compadre El Canijo de Jerez consiguieron arrancar en numerosas ocasiones la sonrisa de un público buen conocedor de sus canciones y de su entrañable estilo garrapatero. Con introducciones como: «Es verdad que últimamente se ve más humanidad en los perros que en los humanos. ¡Vivan los perros y las perras!» presentaron Esta noche muerdo como un perro.

Por todo ello la conclusión fue que Hemos visto cosas que harían vomitar a un murciélago fue más que familiar para el público asistente durante la noche del pasado jueves al Jardín de Las Dalias en lo que supuso la inauguración de la temporada de conciertos. Una cita de la que Estricnina se fue con el buen sabor de las cosas que se hacen bien y con cariño; de la música que sale del corazón y con muchas ganas. Y se marcharon Pedaleando, por supuesto.