La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares juzgará este martes a un hombre por poner la música demasiado alta en su local de Ibiza y desobedecer a la Administración cuando le exigieron corregir la actividad, hechos por los que se le acusa de un delito contra el medio ambiente -por la contaminación acústica- y de lesiones psíquicas a los vecinos.

Según el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, el local del acusado, un café concierto, superaba los niveles sonoros máximos para los altavoces de madrugada e impedía conciliar el sueño a los vecinos.

Tras denunciar los hechos ante el Ayuntamiento de Ibiza -tanto por parte de los afectados como de la Policía Local-, el consistorio procedió a incoar dos expedientes de infracción y se dictó un decreto en el que se precintaban los aparatos musicales hasta que no se instalara un limitador de volumen.

Sin embargo, el fiscal sostiene que posteriormente el hombre volvió a poner en marcha el altavoz desconectando el limitador. Además, una inspección comprobó que el acusado había manipulado algunos de los sensores acústicos del local y que los limitadores no respondían.

Según la acusación, los afectados han sufrido de insomnio y ansiedad con necesidad de tratamiento, además de verse obligados a pernoctar en casa de familiares.

Por ello, el fiscal acusa al hombre de un delito contra el medio ambiente en la modalidad de contaminación acústica con agravación de desobediencia a las órdenes expresas del Ayuntamiento, así como dos delitos de lesiones psíquicas.

Por estos hechos, pide cinco años de prisión, multa de 9.450 euros e inhabilitación para ejercer cualquier oficio relacionado con locales de ocio nocturno durante cinco años.

También reclama decretar la clausura definitiva del establecimiento del acusado e indemnizaciones para los afectados que conjuntamente suman 20.000 euros.