Este aumento se explica porque la Semana Santa ha caído este año en abril, mientras que en 2016 lo hizo a finales de marzo. No obstante, la llegada de turistas a las Pitiusas durante los primeros cuatro meses del año ha aumentado un 10,26 por ciento en relación al año anterior, con un total de 268.492 personas.
El 46,3% de los turistas que han llegado a Ibiza y Formentera durante el primer cuatrimestre del año han sido españoles, concretamente 124.294 personas, lo que supone un descenso del 3,34 por ciento en relación al año 2016. En cambio, el número de turistas extranjeros ha aumentado en un 25,49 por ciento y ha alcanzado la cifra de 144.198 personas.
Nacionalidades
De entre los turistas extranjeros, los pertenecientes al Benelux (Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo) son los mayoritarios en estos primeros cuatro meses del año con 41.407 personas, lo que implica un crecimiento del 62,5 por ciento en relación al mismo periodo del año pasado. Por detrás se sitúan los turistas del Reino Unido, con 28.111 perosnas y un decrecimiento del 6,52 por ciento; los alemanes (21.380 turistas y un incremento del 49,98 por ciento), los italianos (21.043 turistas y 5,19 por ciento de crecimiento) y los franceses, con 9.538 turistas llegados a las Pitiusas, lo que supone una bajada del 17,07 por ciento.
El número de turistas pertenecientes a otras nacionalidades supone un total de 22.064 personas, un grupo que ha aumentado su presencia este año en las Pitiusas en un 65,11 por ciento.
En cuanto al tipo de alojamiento utilizado, 144.480 personas (el 53,81 por ciento de los turistas) se han alojado en establecimientos de mercado como hoteles o similares (105.747 personas), alojamientos de alquiler (37.270) u otros (1.463), mientras que 124.013 turistas (el 46,18 por ciento) lo han hecho en alojamientos que no están en el mercado, como viviendas en propiead (31.786 personas) u otros alojamientos sin especificar (92.227 turistas).
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y qué hoteles estaban abiertos en abril, si la mayoría no han abierto hasta finales de mayo. Pero es que al hotelero no le interesa desestacionalizar porque se le plantean problemas con el personal.