El yate ‘Naia’, el más grande construido en España de 73 metros de eslora y valorado en alrededor de 80 millones de euros, atracó ayer en la recientemente reformada dársena de Levante del puerto de Ibiza.
Este buque, de bandera británica, se convierte en la segunda embarcación que desembarca en las instalaciones de la nueva concesionaria del muelle, la compañía Sovren Ibiza, cuya actividad comenzó a principios de este mes después de las obras de remodelación de la dársena para albergar un total de 16 megayates de entre 60 a 185 metros de eslora.

Esta embarcación, fabricada por la firma española Freire Shiyard en los astilleros de Vigo, fue entrega en el año 2011 a su primer propietario: Alejandro Burillo Azcárraga, sobrino del fundador de Televisa Emilio Azcárraga. Con el nombre original de ‘Pegaso’, fue el yate oceanográfico privado más grande del mundo, con helipuerto, submarino tripulado para exploraciones capaz de descender a 165 metros de profundidad.

Tras ser adquirido por un armador árabe, el buque regresó en 2014 a la factoría Freire para someterse a algunas remodelaciones en su interior, que tiene capacidad para 12 personas distribuidas en ocho habitaciones incluyendo una suite principal, un camarote VIP y cuatro cabinas convertibles. Además, puede albergar a 22 personas de la tripulación, entre los que se encuentran monitores deportivos que supervisan los ejercicios que se realizan en el gimnasio que se encuentra en la cubierta superior de la embarcación.

En la zona exterior del megayate, destaca el comedor al aure libre en popa, protegido con barreras contra el viento y persianas solares, un salón de observación, el gran solarium o la pista de discoteca.

El buque, cuya velocidad de crucero alcanza los 14 nudos y tiene una autonomía de 10.000 millas, se alquila actualmente a un precio que va desde los 525.000 euros a la semana por navegar en aguas del Mediterráneo.

Sovren Ibiza inaugura de esta manera su primera temporada turística en el puerto de Ibiza con la intención de que, en invierno, sigan atracando en esta dársena embarcaciones de grandes esloras, según señalaron fuentes de la compañía durante la inauguración del nuevo edificio de la plaza de es Martell, cuyas instalaciones serán la sede de sus oficinas a partir del próximo año.

El puerto de Palma, a tan solo 60 millas del de Ibiza, se ha quedado pequeño para este tipo de yates de gran tamaño que buscan un amarre durante los meses de invierno para ponerse a punto. Se da la circunstancia además que hay pocos puertos en el Mediterráneo con capacidad para amarrar embarcaciones de estas dimensiones y que las adquisiciones de los grandes yates están creciendo, especialmente los que miden más de 60 metros de eslora.