Instantánea del pleno de Vila de ayer en el que salieron adelante varias mociones de acuerdo. | ARGUIÑE ESCANDÓN

El pleno del Ayuntamiento de Eivissa acordó ayer por unanimidad instar al Govern balear a redactar «de manera urgente» un plan de mejora de la calidad aire en el municipio tras las quejas recibidas por parte de vecinos y diferentes centros educativos y deportivos de la zona de sa Blanca Dona y es Raspallar por los fuertes olores que desprende desde hace varias semanas la central eléctrica de GESA.

Este acuerdo se alcanzó a raíz de una moción presentada por el PP en la que se criticaba la «actitud poco diligente» del equipo de gobierno municipal sobre esta cuestión. El concejal popular Álex Minchiotti acusó a la concejala de Medi Ambient, Montse García, de «saltimbanqui» por «pasar la pelota al Govern balear» respecto a estos olores que, aparte de ser «insoportables» en los alrededores de la central, «aún se desconoce si tienen consecuencias para la salud».

En este sentido, el primer teniente de alcalde de Vila, Alfonso Molina, abogó por la necesidad de «rebajar la alarma» teniendo en cuenta que, en ninguna de las mediciones, se han superado los umbrales de contaminación señalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). «Nunca se ha superado el nivel de aviso y mucho menos el de alerta, lo que no quiere decir que no sea una situación incómoda», reiteró.

Molina recordó que se acaba de situar una estación móvil en el CEIP sa Blanca Dona para realizar mediciones sobre la calidad del aire en ese punto que se trasladará a otros lugares para comprobar los niveles contaminantes de la zona. Asimismo, negó que hubiera habido «inacción» por parte del equipo de gobierno municipal ya que, tras contactar con la dirección de los centros escolares, se informó a la dirección general de Energía del Govern balear y se habló con los responsables de GESA, en cuyas instalaciones no se ha producido, según dijo, «un funcionamiento inadecuado». No obstante, se está investigando si los fuertes olores se producen por un cambio en el proveedor de combustible de la central eléctrica.

Alfonso Molina insistió en que GESA debe utilizar «el método ambientalmente más sostenible», en este caso el gas frente al gasoil y el fuel oil, aunque recordó que es la compañía de servicios públicos de electricidad Red Eléctrica la que determina el tipo de combustible que debe usar la central. El primer teniente de alcalde lamentó al respecto que el cable submarino que debería proporcionar energía eléctrica de Mallorca a Ibiza en situaciones de fuerte demanda todavía no esté en funcionamiento.

Caos circulatorio

El «caos circulatorio» de la ciudad también fue otro de los puntos que se debatió durante el pleno, a propuesta del concejal popular Pablo Gárriz, quien instó al equipo de gobierno a que tome «medidas de carácter urgente» para bajar la intensidad de tráfico que «se ha agravado en gran parte por los cambios de sentido» en Vila.

Juanjo Hinojo, concejal responsable del departamento municipal de Movilidad, descartó hacer modificaciones en los cambios circulatorios que están en vigor desde el pasado otoño aunque lanzó el guante a la oposición para poder alcanzar medidas de consenso que ayuden realmente a descongestionar el tráfico rodado en las calles de Vila, entre las que nombró limitaciones de vehículos al centro sguiendo el modelo de otras ciudades como Londres, pagar una tasa par a entrar o dar prioridad a los vehículos de vecinos y residentes.

LA NOTA

Una barca para vigilar el litoral

Una barca semilitoral vigilará el litoral de la isla de Ibiza durante todo el año para resolver cualquier incidencia relacionada con los temporales a partir de este invierno, según señaló en el pleno la concejala de Medi Ambient de Vila, Montse García. Esto evitará, según dijo, que se tenga que pedir ayuda al Club Náutico como hasta ahora.

La portavoz del PP, Virginia Marí, dudó de la eficacia de una sola barca para toda la isla. Asimismo, criticó que el servicio estival de limpieza con barcas del Govern termine el 15 de septiembre en lugar del 30 como en años anteriores a pesar de haber costado 300.000 euros más.