La zona entre Can Picafort y Son Serra de Marina, una de las más expuestas a la urbanización, según los ecologistas.

La organización ecologista Greenpeace ha detectado cinco zonas de Balears sometidas a elevada presión urbanizadora: el sudoeste de Eivissa, el interior de Formentera, la costa sudoriental de Mallorca, el área de Can Picafort y Son Serra de Marina y Punta Prima en Menorca. Así lo indica en su informe ‘Protección a toda costa’ publicado ayer, en el que también alerta de la «saturación» que viven las Islas debido a la llegada creciente de turistas.

El informe asegura que la presión urbanística «ha sido y continúa siendo enorme en Balears» y la superficie artificial en el litoral creció un significativo 49 % entre 1987 y 2011. Con 25.957 hectáreas, un 7 % del total, las Islas son la decimoquinta provincia española más construida en términos relativos. Detalla que la presión ha sido particularmente «muy fuerte» sobre la costa por parte de la industria turística y concentrada en la bahía de Palma, Eivissa occidental, Mallorca noroccidental y oriental, y extremos este y oeste de Menorca.

Entre las zonas de Mallorca que Greenpeace considera «especialmente deseadas por la industria inmobiliaria-turística», la entidad indica que si bien la costa de Tramuntana se ha mantenido bastante libre de transformación hasta el momento por su protección legal, alerta de que el lado contrario de la Isla, la costa sudoriental, tiene un menor grado de protección y todavía cuenta con bastante espacio disponible en primera línea costera por lo que la considera zona caliente. Asimismo, señala que también está sometido a esta misma presión el tramo en la bahía de Alcúdia entre Can Picafort y Son Serra de Marina.