Un total de tres cruceros atracaron ayer en los muelles de es Botafoc, trayendo consigo miles de cruceristas de diferentes nacionalidades, en una jornada que fue frenética a lo largo del paseo marítimo y Vila.

Para algunos pasajeros el día nublado no fue un inconveniente para ir a la playa, pero la mayoría aprovecharon las horas de escala para hacer compras, comer en los restaurantes o visitar el casco antiguo.

Para la mayoría de comercios esta abundancia de clientes supuso, además de un día duro de trabajo, una fuente de ingresos extra. En algunos establecimientos habían sufrido un descenso en la afluencia de compradores durante la semana pasada; descenso que ayer se vio compensado, aseguraba Joana, una empleada de Mango Violeta.

La tienda de Pacha, del paseo Lluís Tur i Palau por ejemplo, resultó intransitable ante la multitud de gente que se amontonaba para adquirir alguno de sus artículos.

Los turistas llegaron de los muelles de es Botafoc al centro de Vila a través de unos buses que les dejaron en las barcas de Formentera. Los conductores explicaban que todos los clientes de ayer provenían de los diferentes buques atracados y de muy distintas nacionalidades, dependiendo del barco.

Así pues, el barco Celebrity Reflexion, el más grande de todos, traía consigo viajeros estadounidenses y australianos, en mayor medida. Los pasajeros más frecuentes en el Aidastella eran alemanes y en el Costa Neorivera, los procedentes de Italia y de España también, según percepción de uno de los taxistas que durante todo el día estuvo atendiendo a los cruceristas.

Algunos de los visitantes no quisieron desaprovechar el día y decidieron trasladarse a alguna de las playas cercanas, pese a la nubes. Sin embargo, la mayoría optaron por aguantar las altas temperaturas del mediodía haciendo shopping, disfrutando de los restaurantes o paseando por Dalt Vila. «Hemos decidido ir de compras y quedarnos por el centro; no tenemos mucho tiempo para hacer otras cosas ya que nos vamos a las 22.00 horas de hoy [por ayer]», expresaba una jubilada italiana. Para una pareja de jóvenes australianos, el tiempo de ayer no fue inconveniente para darse un remojo y disfrutar de una de la oferta turística que atesora la isla: «No podemos llegar a Ibiza y no ir a la playa, no nos importa que esté nublado; queremos aprovechar el día al máximo».

El buque Celebrity Reflexion partió desde Cartagena con destino a Roma, haciendo escala en el dique es Botafoc desde las 7.51 hasta las 19.00 horas. En el caso del crucero Aidastella llegó procedente del puerto de Cagliari, en Cerdeña, y su desembarque en el pantalán sur de es Botafoc ha sido de menos de 12 horas; de 10.50 a 22 horas, siendo su destino Palma de Mallorca. El buque con la superficie más reducida de los tres, el Costa Neoriviera, procedente de Mahón y con destino Palma, estuvo atracado también en el pantalán sur de es Botafoc, de 8.30 a 04 de la madrugada.

La ciudad de Ibiza permite a los cruceristas poder disfrutar de las diferentes opciones que esta ofrece en un mismo espacio urbano: compras, playa, gastronomía o cultura. Por las características de este tipo de turismo, que no puede permitirse largos desplazamientos en un mismo día o grandes planificaciones por falta de tiempo, es la opción ideal.

LA NOTA

Los tres buques modelaron el paisaje de Ibiza durante todo un día en la ciudad

Y es que los megabuques no pasan desapercibidos a la vista de cualquiera. No solo sorprenden por sus dimensiones, sino también por su capacidad y su constraste con el entorno. Sus cifras también impresionan, ya que el Celebrity Extensión, de bandera Gran Bahamas, posee una eslora de 315 metros y capacidad para 3.030 pasajeros.

El crucero italiano, Aidastella, llega a medir 253 metros de longitud y puede albergar a casi 1.600 personas.

El buque de la famosa compañía italiana, Costa Neoriviera, pese a ser el de menor dimensión de los tres, tampoco deja indiferente, con una eslora de 216 metros y una capacidad de 1.375 pasajeros.