Imagen de archivo de una ambulancia del 061 llegando a Urgencias de Can Misses.

El pasado viernes ingresó en Urgencias gravemente herido por arma blanca y quedó hospitalizado en la UCI de Can Misses, ya que entre las heridas que presentaba tenía una de 40 centímetros de longitud. El herido, un británico de 30 años, había sido apuñalado en una calle próxima a s’Arenal de Sant Antoni y fue interceptado por la Policía Local mientras caminaba malherido y desangrándose por el paseo.

El paciente permaneció 24 horas en la Unidad de Cuidados Intensivos y el domingo, al ser trasladado a planta, reclamó el alta voluntaria.

Según informaron fuentes médicas, el hombre regresó el martes al Servicio de Urgencias advirtiendo que le dolía la herida. Se activó el protocolo de actuación de estos casos, movilizando a personal sanitario pero el individuo se ausentó.

24 horas después, el mismo joven protagonizó otra acción similar ya que el miércoles por la mañana acudió nuevamente a Urgencias alegando nuevamente fuertes molestías.

La secuencia de los hechos volvió a repetirse y el individuo se ausentó del centro hospitalario cuando los servicios médicos ya estaban preparados para atenderle. El herido se marchó voluntariamente y ha «dejado colgado hasta en tres ocasiones a todo un equipo médico dispuesto para su atención.

Según las fuentes consultadas, solo el gasto derivado del ingreso y hospitalización en la Unidad de Cuidados Intensivos superaría los 6.000 euros.

Mal uso de la Sanidad

Las fuentes médicas consultadas por PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA denuncian que el caso protagonizado por este joven no es una excepción y suponen un grave obstáculo al correcto funcionamiento del servicio sanitario, especialmente al de Urgencias, donde son frecuentes los ingresos por intoxicación etílica que acaban marchándose sin recibir la correspondiente alta médica.

Las mismas fuentes hicieron hincapié en que se trata de un uso «manifiestamente negligente e irresponsable de la sanidad, que afecta al quehacer del personal sanitario pero también pone en riesgo la salud de otros pacientes». Asimismo, apuntan que estos servicios tienen un coste que debe ser asumido por el país del paciente.

Añadieron que circunstancias como la protagonizada por este joven suponen «un quebranto más» que se suma a las falsas denuncias por intoxicación.