El suelo rústico va abandonando su condición de espacio para los usos agrarios.

El 40,7 % de las edificaciones en el suelo rústico de Balears tiene más de 200 metros cuadrados, según datos del catastro referidos a viviendas aisladas de primera o segunda residencia. En datos concretos, de las 68.145 parcelas con edificación en el suelo rústico de las Islas, 27.737 tienen más de 200 metros cuadrados. En el caso de Mallorca, el porcentaje sería similar, el 37,2 %. En datos concretos, de un total de 51.004 parcelas con edificación en el suelo rústico de Mallorca, 19.001 tienen más de 200 metros cuadrados.

Estos datos vienen a confirmar que se consolida el proceso de conversión del suelo rústico de Balears en un suelo residencial, cada vez más alejado de los usos agrarios tradicionales. Menorca queda un poco por debajo de Mallorca, con un 33,5 %, mientras que en Eivissa se dispara hasta el 62,5 %. Formentera se queda cerca de la media balear con un 37,1 %.

Para la Direcció General de Recursos Hídrics, dependiente de la Conselleria de Medi Ambient, Agricultura i Pesca, se considera que todas las edificaciones superiores a 50 metros cuadrados podrían tratarse de una vivienda aislada, mientras que, por encima de 100 metros cuadrados, la mayoría disponen de piscina, jardín o pequeños huertos.

Consecuencias

La paulatina conversión del suelo rústico de Balears en un suelo residencial a efectos prácticos, reduciendo drásticamente los usos estrictamente agrarios, tiene unas consecuencias en el consumo de agua. Así, en 1992, el consumo de agua para la agricultura de las Islas era de 167,76 hectómetros cúbicos. En 2015 era de 35,97 hectómetros cúbicos. La reducción ha sido brutal: un 78,5 % en tan sólo 23 años. De hecho, las hectáreas regadas en Balears eran 24.304 en 1992. En 2015 eran 6.977. La reducción es similar a la del consumo de agua: un 71,2 %. Este descenso fue especialmente intenso y acentuado desde 2008, pues en ese año todavía se regaban 14.351 hectáreas. Así, sólo entre 2008 y 2015, el consumo de agua en el sector agrícola se redujo más de un 50 %.

La causa principal de esta evolución a la baja durante los años posteriores a 1992 fue la reducción del cultivo de forrajes como consecuencia de la crisis del ganado bovino lechero. Algunas superficies destinadas al cultivo de forrajeras se destinaron a cereales.

En cualquier caso, si bien el abandono de cultivos aparece como la principal causa del descenso en el consumo de agua para usos agrarios, también es cierto que, sobre todo en los últimos años, se ha procedido a una progresiva sustitución de riegos poco eficaces por otros más sostenibles.

Actualmente, el uso del agua destinado a la agricultura supone el 18,3 % del total en Mallorca, mientras que el consumo de viviendas aisladas se le está aproximando, con un 14 %. El total del consumo de agua en Mallorca fue en 2015 de 175,2 hectómetros cúbicos.