Ibiza despidió el mes de julio con entre un 92 y un 93 por ciento de ocupación hotelera, ligeramente inferior a la del año pasado, cuando alcanzó el 94,28%, según los datos provisionales que maneja la patronal Fehif. La isla, por otra parte, recibe el mes de agosto con récord de pasajeros en el aeropuerto de es Codolar, que ayer vivió momentos de auténtico caos al formarse largas colas en los filtros de seguridad, según lamentaron varios usuarios en las redes sociales, entre ellos el alcalde de Vila, Rafel Ruiz. Solo esta semana pasarán por la terminal ibicenca más de 382.000 viajeros, según las cifras de Aena.

Ibiza se haya inmersa en un verano «atípico», tal y como indicó ayer el director insular de Turisme, Vicent Torres ‘Benet’, dado que las cifras de pasajeros en el aeropuerto ibicenco –que vuelven a superarse año tras año– contrastan con «un descenso en la estancia media» de los visitantes y con la percepción de que también estaría bajando el gasto turístico.
‘Benet’ atribuye lo que todavía es una sensación a la escalada de los precios. De hecho, admite que el mercado alemán «se queja mucho de los precios», lo que en su opinión «resta competitividad a la isla» frente a destinos al alza como Grecia.

También el presidente de la patronal hotelera, Juanjo Riera, admite una inflación que justifica «por la gran cantidad de reformas» llevadas a cabo en los establecimientos y por el aumento de «hoteles de gama alta» en la isla. Sobre si esta es la tendencia a seguir, Riera recuerda que «el que va a regular todo esto es el mercado» y que «al final no hay que olvidarse de que el cliente es soberano y ya nos dirá si asume este precio o no».
La temporada, no obstante, está siendo positiva para el sector turístico de las Pitiusas tras los buenos resultados cosechados en mayo y junio. El presidente de la Petita i Mitjana Empresa d’Eivissa i Formentera (Pimeef), Alfonso Rojo, señala que el comportamiento del mes de julio «entra dentro de las previsiones» y aunque reconoce que «algún sector ha notado algo menos de actividad», recuerda que los resultados globales del año pasado «fueron de récord». Rojo coincide con ‘Benet’ en que el número de pernoctaciones por persona ha bajado y en que el gasto turístico «no concuerda con la llegada de pasajeros al aeropuerto». En cuanto a la tendencia alcista de los precios, el presidente de Pimeef opina que «si alojarse una noche de hotel va a ser un 30% más caro que en otro destino, la gente se lo pensará». «Cada año el turista viene con un presupuesto y lo que gaste de más en alojamiento queda de menos en consumo y esto sí que ha levantado la alerta», puntualizó Rojo.
En lo que sí coinciden los tres representantes del sector turístico es en que el mes de agosto volverá a ser de récord para las Pitiusas. Los hoteleros consideran que la ocupación rondará el 95%, como en los dos últimos ejercicios, y señalan que el resultado de la presente temporada dependerá de cómo se comporten los meses de septiembre y octubre, marcados también por la meteorología. «La isla está bastante llena hasta el día 19 de agosto y ahora se vende a partir del 20 de agosto», precisó Juanjo Riera.

La sensación a pie de calle

El cenit del verano fue percibido por los trabajadores aeroportuarios como un día duro, pero por lo general, las diferentes opiniones coincidieron en que fue este fin de semana pasado cuando más trabajo hubo. Antonia es una de las operarias de la limpieza que pudo comprobarlo: «Hay colas, se nota que es primero de agosto, aunque al ser martes el día es más tranquilo. Los fines de semana suelen ser más duros».
Para Raquel, empleada en uno de los restaurantes dentro de los filtros de seguridad, ayer martes había más gente que el lunes pero no tanto como el fin de semana, cuando se notó más la operación salida.
Algunos pasajeros que repiten en la isla tienen la sensación de que «hay menos gente con respecto a finales de julio y principios de agosto de otros años», tal y como afirmaba María, una española que ha pasado tres semanas alojada en un apartamento de Marina Botafoch.

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Constanza y sus amigas han venido a pasar la semana a la isla y han tenido la suerte de encontrar un apartamento barato. Se aquejaban de lo «mal que funcionan los autobuses aquí, ya que el bus no cumple con los horarios», con respecto a que estos viajan al completo para estas fechas. Además se lamentaba de la falta de transporte alternativo ya que «los alquileres de coches están por las nubes». Por lo general, muchos pasajeros pasan de media una semana de vacaciones, como Tomás y sus amigos, que vienen de Varsovia y repiten en una Ibiza que según afirman, les «encanta».

Inge es indonesia y ayer acompañó a unos compatriotas suyos al aeropuerto porque uno de ellos necesitaba asistencia en silla de ruedas: están «encantados» con el trato y «no ha habido ningún problema». El asistido ha pasado un mes en Ibiza pero no por placer, sino porque ha estado ingresado en Can Misses por problemas renales. «Estuvo incluso en coma y el servicio del hospital ha sido excelente. Se van muy contentos a su país. Las enfermeras del hospital son muy amables», agradecía Inge.

LA NOTA

Formentera cuelga el cartel de completo

El primero de agosto llegó puntual también ayer a Formentera. Lo hizo, como era de esperar, con la isla llena de gente y, eso quizá sí que fue un pelín inesperado, con una mañana nublada que invitaba a tomar las calles de Sant Francesc o a acercarse a dar una vuelta por la zona d’Es Cap de Barbaria. Allí encontrábamos familias como la de Ricard, que llevan unos días en la isla y están acostumbrados al lleno estival. «Hace ya años que venimos a veranear por estas fechas, y aunque esté a tope de gente, siempre venimos aquí por el relax que se siente en la isla», dice Ricard antes de proseguir el paseo hasta el faro. No cabe duda que Formentera, estos días, puede llegar a ser agobiante, sobre todo si a uno le da por transitar todo el día por la carretera o ir a puntos de máxima ocupación por metro cuadrado como Ses Illetes. «Para ir relajadas, hay que saber escoger bien la zona que visitas», comentan Ana y Laia, que llegaron el pasado fin de semana. «Yo había venido en el puente de mayo y ahora veo la isla un poco repleta», asegura Laia. Aún y así, las dos han elegido es Caló de Sant Agustí por la parte de Migjorn para hospedarse y disfrutar de cierta tranquilidad. «Se trata de ir a sitios donde no va todo el mundo. Nosotras le preguntamos a gente de la isla y así conocemos partes de Formentera menos masificadas», dice Ana, que confiesa que su primera visita a la menor de las Pitiusas fue en un viaje de un día desde Ibiza y «no recomiendo para nada la experiencia, acabamos en Ses Illetes y estaba petado de gente». En cuanto al sector empresarial, este verano es uno más, aunque para Maties, propietario del restaurante s’Abeurada, se ha incrementado el número de visitantes. «Más gente sí que he notado. No solo ahora, sino ya desde principios de junio, al menos en Sant Francesc». De hecho, Maties confiesa que su negocio está «cada día a reventar de gente»: «Para nosotros todos los días son sábado». Y tanta gente y trabajo pueden pasar factura, pero Maties prefiere ser optimista: «Hombre, pensando que ya queda menos para en fin de temporada, creo que psicológicamente se puede soportar». Y es que dice Maties que si han aguantado hasta ahora, por lo que queda haran un esfuerzo.