Las pulgas, garrapatas y piojos, no son los únicos que pueden infestar a nuestro perro y poner en riesgo su salud, los parásitos internos también lo pueden hacer. Este tipo de parásitos también pueden transmitirse a personas con las defensas bajas y a los niños. Para combatirlos lo más recomendable son los tratamientos preventivos.

El control y tratamiento de los parásitos externos e internos en los animales es muy importante desde el punto de vista sanitario, tanto para preservar la salud de las personas, como de los animales que conviven con ellas.

Según estudios realizados al respecto, un 50% de las personas que conviven con animales desconocen que los parásitos internos puedan causar enfermedades a los humanos. Los parásitos tienen ciclos vitales bastante complejos y muy bien adaptados a las condiciones climatológicas, por lo que su presencia y actividad se suele producir en determinadas estaciones del año.

Hay parásitos internos que son protozoos u organismos microscópicos y unicelulares. Entre ellos podemos encontrar:

Toxoplasma Gondii Es un parásito intestinal unicelular, produce una enfermedad que se conoce como Toxoplasmosis. El gato que está parasitado con este protozoo elimina a través de sus heces los huevos del Toxoplasma. Estos maduran en el medio ambiente en un tiempo que varía de dos a cinco días. El grupo de riesgo lo constituyen mujeres embarazadas e individuos con alteraciones del sistema inmune. El toxoplasma puede provocar abortos y lesiones en el feto. El contagio se produce por la ingestión de carne cruda o mal cocinada, embutidos poco curados, verduras mal lavadas, agua de dudosa procedencia, leche no pasteurizada y por contacto con heces de gato que tiene el parásito.

Giardia SPP Es un parásito unicelular que puede vivir en el intestino de los animales y personas. Produce diarreas sobre todo entre la población infantil. La transmisión se produce por contacto con personas o animales infectados por Giardia o por el consumo de aguas o alimentos contaminados con sus quistes.

Cestodos (gusanos planos o tenias)

Echinococcus Granulosus es el nombre del parásito que produce los quistes hidatídicos. Se trata de una tenia, la más pequeña de las que pueden afectar al perro. Los huevos de este parásito se expulsan a través de las heces de los perros. Contaminan el medio y pueden ser ingeridos de manera accidental por las personas y otros mamíferos. Dan lugar a la formación del llamado «quiste hidatídico» que es, en definitiva, la fase larvaria de la Tenia E. granulosus. Las personas adquieren la enfermedad por contacto directo con perros infectados o de manera indirecta por el consumo de agua, vegetales u objetos contaminados con heces de perros parasitados.

Nematodos (gusanos redondos)

Toxocara Canis y Toxocara Cati Los adultos de este parásito son gusanos grandes blanquecinos que se alojan en el intestino delgado de los animales de compañía y provocan diarrea. Pueden producir varios tipos de síntomas: respiratorios, disminución del apetito, debilitamiento del pelo, diarreas intermitentes y distensión abdominal.

Control de parásitos externos

Para el correcto control de estos parásitos internos debemos de seguir unas sencillas normas que a continuación detallamos:

- Retirar los excrementos de nuestros animales de las vías públicas.

- Analizar las heces del animal para detectar la presencia de parásitos. Debemos de hacer periódicamente un control de heces para detectar los parásitos que no se eliminan en las desparasitaciones rutinarias, sobre todo cuando hay niños en casa.

- Desparasitar con regularidad al perro, sobre todo si no se llevan a cabo análisis de heces. La desparasitación contra los parásitos internos debe hacerse cada tres meses para cortar así el riesgo de cualquier infestación

- Es recomendable alimentar al animal con productos específicos para animales de compañía y evitar la carne cruda.

- Tener una buena higiene cuando se convive con un animal. Por ejemplo lavarse las manos a menudo, sobre todo antes de comer, evitar que el perro nos lama la cara y nos de besos, normas higiénicas básicas que muchas veces , por nuestro amor hacia ellos, olvidamos.

Daños producidos

Los parásitos internos pueden provocar en el perro en el que se hospedan distintos daños, según el tipo de parásito de que se trate y de su ciclo biológico. Entre los perjuicios más frecuentes podemos encontrar:

- Un daño físico causado por la acción del parásito sobre su hospedador. Por ejemplo, destruir tejidos en la zona donde se aloja el parásito o causar obstrucciones por el acumulamiento de parásitos en el tramo intestinal.

- Sustracción de nutrientes por parte del parásito, lo que puede producir un retraso en el desarrollo del perro, sobre todo en el caso de tenias y áscaris o gusanos redondos.

- Alergias. El parásito o sus componentes químicos resultan extraños para el organismo del animal, lo que puede provocar reacciones alérgicas.

- Anemia. La acción de ciertos parásitos provoca anemia, debido a las pérdidas de sangre que pueden provocar la acción de los parásitos en el animal.