«Ibiza no está preparada para tanta lluvia y menos en tan poco tiempo», aseguraba Cristina Partal desde una pequeña tienda situada en la orilla de Cala d’Hort. Y es que, en palabras de la joven, la situación que vivieron el miércoles fue horrible. «Nos tuvieron que llevar en coche hasta la carretera principal porque era inviable subir por el torrente porque tenemos una pendiente del 15%.», decía Jon Tolosa, socorrista en esa playa. Situación similar a la vivida en el restaurante El Carmen, también en Cala d’Hort, donde los clientes tuvieron que esperar horas para poder acceder a sus vehículos. «Esto no ha pasado por lo menos en los últimos 30 años. Pedíamos tranquilidad para que la gente se fuese con calma y hubiera el mínimo peligro posible», contaba Carlos García, uno de los camareros del restaurante. Y es que el panorama en esta cala un día después de las tormentas era desolador: hamacas volcadas, sombrillas y señales rotas y los baños públicos habían aparecido arrancados en la orilla del mar.

Quizás es Cubells fuera la zona más afectada de la isla. «La carretera está cortada y quien decide bajar por ella sabe que es bajo su responsabilidad porque está, literalmente, caída», decía un agente de la Policía Local. Palabras que se sumaban a las de numerosos vecinos que miraban hacia la costa con incredulidad. «En mi caso no tengo problemas porque vivo en la zona de arriba, pero por muchas mansiones que haya abajo, no lo cambiaría», decía José García, un vecino de la isla quien ya vio cómo hace unos meses una piedra de 24 toneladas taponaba la misma carretera que ayer estaba cortada. «Esas casas no tienen infraestructuras, se lo han pasado todo por la torera», añadía. Manuel Ventura, otro vecino de es Cubells, aseguraba haber tenido que sacar cubos de agua de su casa. «Las monjas tuvieron que estar vaciando la iglesia por la noche porque estaba inundada», subrayaba.

Muchos coinciden en que el problema no es de la lluvia, sino del ser humano que construye en «zonas imposibles».

«Más que una tormenta parecía un huracán, daba mucho miedo», decía Javier Jiménez, camarero del restaurante Es Torrent; restaurante que, sin duda, había pasado la peor noche de su vida. «La mierda que se acumula de los torrentes y nunca se limpia ahora está en la orilla de la playa», aseguraba al tiempo que lamentaba las pérdidas materiales del restaurante. En el mismo punto estaba Paco, trabajador de Grúas Ibiza, después de recibir un aviso que decía que «dos turismos habían sido arrastrados por el mar».

A mediodía no había ni un alma en la playa de es Bou Nou a excepción del socorrista. La gran tormenta en la madrugada de ayer provocó una gran riada que ha hecho desaparecer la arena que había justo bajo la rampa de acceso. «Era un gran río que se llevó por delante un montón de motos y de bicicletas», señaló el hombre que se ocupa del aparcamiento de la zona, quien aseguró que en 15 años que lleva viviendo en la zona no había visto nada parecido.

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Al ver el panorama, con el agua turbia y de color marrón por la riada, los turistas que iban llegando a la playa sacaban el móvil para echar un par de fotos y daban media vuelta de camino al coche otra vez.
Y en es Jondal la situación no era mucho mejor. El torrente que desemboca en la playa, entre los restaurantes Blue Marlin Ibiza y Es Savinà, se desbordó e hizo desaparecer un buen tramo de playa. Además, también arrastró un vehículo hasta casi la orilla. Muchos fueron los curiosos que ayer se acercaron hasta la zona para fotografiar.

EL DETALLE

Agustinet lamenta los destrozos en las playas de su municipio

El alcalde de Sant Josep, Pep Agustinet, también valoró ayer los destrozos ocasionados por la gran tormenta en las playas de su municipio. «El temporal ha afectado de forma muy muy muy importante a las playas del municipio. Es Torrent, Cala d’Hort, Cala Tarida... es tremendo, no hay playa. La fuerza del agua se lo ha llevado todo y nos costará mucho recuperar estos espacios», comentó el alcalde josepí.

Agustinet destacó que «afortunadamente no ha habido daños personales y los materiales, poco a poco los iremos recuperando».

Por otro lado, el alcalde socialista también se refirió a la construcción de viviendas en los acantilados de es Cubells. «Siempre he estado manifestando mi oposición a que esto fuera una zona edificable. Nunca debería haberse construido ninguna casa ni darse ninguna licencia ante el evidentísimo peligro que hay aquí».